4- Lazos con el enemigo.

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CAP 4


Los dedos negros se deslizaron rápidos por el teclado mientras seguía la linea cruzada del rastreador. Su jefa jamas había dejado nada librado al azar, y ni siquiera estando muerta dejaba de ser una líder. Cada segundo de vida del infiltrado era un poco mas de información. Era una lastima que no hubieran podido ponerle la cámara y los micrófonos por falta de tiempo, pero el inocente seguía siendo útil con el rastreador.

La imagen del rastreador titilaba en el fondo negro, formando imágenes en lineas verde manzana, siendo cada vez mas holiwoodense, aun así podía decir con cualquier tranquilidad que disfrutaba de esos detalles un poco extraños que tenia instalados en su centro de control. Tocando la perilla color azul que tenia junto a su teclado hablo con voz ronca.

-Manden la primera trampa.

Y así fue, el infierno y la guerra comenzó.


Osito se tapo los oídos al griterío de la planta baja, de seguro se trataría de una mala broma a Kim, el alfa debería haber explotado con su habitual amargura para este instante y seria muy difícil sacar el palo de su culo por semanas. Pero ahora ese era trabajo de Adam, lo que hacia que se sintiera seguro acurrucándose mas en Marcus y volviendo a dormir. Pero los gritos y las maldiciones no cesaron, solo aumentaron. El sonido chocante del chillido de Kain fue lo que lo alerto de que era algo malo lo que sucedía, el gitano jamas gritaba de esa forma si la cosa no era grave, la ultima vez que le oyó gritar así fue cuando Tyson callo del tejado y se fracturo.

Levantándose corrió escaleras abajo, a tiempo para ver como uno de los guerreros era levantado del suelo casi sin vida, su cuerpo lleno de sangre, desastroso, lleno de heridas y quemaduras, miro a Kim buscando una respuesta, buscando esa seguridad que le imagen le quitaba, buscando algo que le digiera que no era lo mismo que vivió de joven, pero Kim solo pudo mirarle serio, ninguno podía negarlo, los cazadores estaban cerca. Habían llegado a por el? Tal vez le habían visto mientras corría por el bosque en su forma animal, podría ser el el responsable de que el guerrero se hallara en semejante estado? Jadeando corrió a su habitación, sintiendo lagrimas en sus ojos y pena en su corazón, era el responsable siempre de la miseria de los demás?

Entrando en su habitación se dejo caer junto a la puerta sollozando, abrazo sus piernas mientras sentía los temblores subir desde su alma hasta su corazón, dolía, demasiado, saber que era la mala suerte, dolía ser el responsable del dolor de los demás.

Sintió una mano sobre su cabello levanto la vista y miro a su preocupada pareja, solo pudo llorar mas, le traería la mala suerte también a el?

-Ven aquí chiquito, no pasa nada ok? -Marcus le alzo con cuidado y Osito se aferro a el como si se tratara de su única esperanza.

-Soy un yeta Marcus, traigo mala suerte...-sollozo contra el pecho de su pareja, las manos de Marcus lo reconfortaban en gran medida, pero seguía sintiendo que era capas de traer el daño sobre todos lo que amaba.

-No llores, Amado, no eres una yeta, eres un hermoso niño con carita de ángel- Marcus le sonrió y Osito se puso rojo hasta las entrañas, abrazando el cuello del mayor apenas se atrevió a rosar sus labios, sintió un escalos frio cuando su pareja le tomo de la nuca y aumento el beso hasta rozar lo salvaje, se sentía tan bien, tan delicioso.




Marcus aprovecho tener al panda tan cerca, esos labios de cereza le consumían y le volvían loco con facilidad. No podía dejar de beber de ellos, besarlos con hambre y deseo, esa era su devoción. Jamas se había obsesionado con una persona, y menos con sus besos. Pero Osito había demostrado ser la excepción a toda regla de su libro.

Un Omega IlusionadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora