Capítulo I

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Ésta es solo una historia que se me ocurrió por falta de inspiración para mi otra historia. Estoy tratando de mantenerlo en el supuesto séptimo año. Esta obra fue terminada en febrero de 2016, cuando yo apenas tenía trece años por lo que voy a comenzar a editar los capítulos.

Cómo siempre, todos los personajes pertenecen a la fantástica Rowling, yo solo escribo sobre la magnífica pareja que serían Draco y Hermione.

Capítulo I (Editado)

De trabajos y perdones

Parte 1

Hermione entró en la biblioteca apretando contra su pecho los libros que cargaba entre sus brazos. Estaba respirando agitadamente e hizo mucho ruido al mover la silla para sentarse, lo que le hizo ganarse una mirada de desaprobación de la señora Pince.

Abrió el libro sobre la mesa que tenía en frente suya, e intentó concentrarse en la lectura. Sin embargo, aunque intentara con esmero centrarse en ella, se mantuvo leyendo el mismo párrafo unas siete veces.

Finalmente apartó un momento la vista de las líneas que tenía delante, y se masajeó el puente de la nariz.

Todavía seguía sintiendo su pulso algo acelerado, y estar donde estaba, por primera vez, no la calmaba en absoluto. Aspiró por la nariz y soltó el aire por la boca, moviendo los hombros acompañando su respiración, intentando calmarse.

¿Por qué se sentía tan abrumada? Era solo una tontería.

Simplemente McGonagall había ignorado sin tapujos los últimos siete años y la había puesto en un trabajo con la persona que la había despreciado durante años.

Sí, no había nada de que preocuparse.

Seguro.

Se sobresaltó al sentir a alguien dejar un libro y una mochila sobre la mesa.

Levantó la mirada.

Pelo rubio, rasgos afilados y ojos grises. Sus ojos le recordaban a la madera gris de un muelle bañada por aguas frías en invierno. Por algún motivo sentía como si sus penetrantes ojos la atravesaran con la mirada.

—Granger —dijo él aclarándose la garganta. Estaba de pie rígido junto a su mesa, pestañeó con rapidez y la observó sin expresión aparente en su rostro.

—Malfoy —respondió ella en un leve murmullo a la vez que le dedicaba al Slytherin una mueca, que pretendía pasar por una sonrisa. Se sentía nerviosa por algún motivo inexplicable... Es decir, no esperaba que Draco la atacara, pero más que nada por costumbre, se sentía intimidada.

Si bien, no le tenía ningún miedo, siempre tenía esa pizca de expectación de como actuaría Draco Malfoy por una vez en su vida, sin estar despreciándola. Bueno, tal vez exageraba. Había habido veces en las que Malfoy no la había tratado mal... Cómo en la Sala de los Menesteres o el día de su juicio. Aquel día ella, Ron y Harry habían testificado a favor del rubio y a la salida, habían compartido un breve agradecimiento mientras estrechaban las manos.

Pero habían sido ocasiones excepcionales, ahora no estaban en plena Batalla y tampoco ante las puertas del Ministerio de Magia, estaban en la vuelta a clases en Hogwarts, después de la Batalla Mágica.

—Creo que deberíamos acordar una cita para hacer el trabajo, de la mejor manera posible, y si puede ser en un lugar tranquilo, mejor —habló automáticamente y sin trabarse, como si fuera una frase que tuviera meticulosamente aprendida.

Maybe in another life, Granger [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora