Prólogo

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Diez años antes. 

-No mamita, no te vayas- dije con lágrimas en mis ojos.

-Tranquila mi niña yo estaré en un lugar mejor y desde allá cuidare de ti y papá.

-Pero yo quiero que te quedes aquí conmigo.

-No puedo quedarme, pero papá siempre va a estar para ti, lo prometo.

-¡Pero mamá! Yo quiero estar con los dos.

-Eso no va a poder ser, recuerda que te amo y siempre estaré contigo.

-Yo también te amo mami.

Esa fue la última vez que sus tiernos y amoroso ojos me miraron. Aún recuerdo el día en que ella murió, le habían diagnosticado un cáncer en la sangre desde hacía ya dos años y para entonces los doctores le dijeron que no duraría más de seis meses, pero ella soportó un año y medio más de lo previsto. Ese sábado apenas desperté salí corriendo a su habitación para darle un abrazo de buenos días, pero cuando llegue ella no estaba así que baje las escaleras para buscarla en la cocina, de seguro estaba allá, al ver que no estaba, me dirigí a la sala pero en vez de encontrar a mi madre vi a mi tía Emma sentada en el sofá con ojeras y los ojos llenos de lágrimas. Ella siempre ha sido muy parecida a mamá así que me dolía mucho verla llorar.

-¿Por qué lloras tía? ¿Tampoco encuentras a mamá? Tranquila, yo te ayudaré a buscarla.

-No muñeca, yo sé donde está mamá. Te llevare con ella, pero primero vamos a ponerte linda para que te despidas.

-¿Despedirme?- Pregunté confundida- ¿Acaso se va de viaje?

-Ella te explicará allá princesa.

Cuando mi tía hablo conmigo supuse que las cosas no estaban bien, porque aunque era una niña yo entendía cuando algo estaba bien y cuando no. Como desearía haberme equivocado esa vez y que mamá solo se hubiese ido de viaje.

¿Siempre Juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora