El inicio de todo

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-¡Abie baja de allí en este instante!- Gritó él mientras intentaba acercarse sigilosamente para que no lo notara.

-Ni se te ocurra dar un paso más.

-¿Por qué haces esto?

-¿Que acaso no lo ves? Todo estará mejor sin mí.

Un año antes.

-Despierta Abie, ya son las 7:30.

-Enseguida bajo papá.

Por fin llegó, el primer día de mi último año en la secundaria. Sé que suena raro alegrarse por el primer día de clases, pero desde que comencé sexto grado me he propuesto disfrutar mi último año en la escuela, así que eso es lo que haré.

-¿Que hay para desayunar?-Pregunté luego de darle el beso de buenos días a papá.

-Lo de siempre cariño. Hot cakes con crema de avellanas, café y jugo de naranja recién exprimido.

-Bien hecho papá, esta vez me convenciste.

-Lo sé-dijo mi padre-En la refrigerador hay leche y en la despensa tu cereal favorito.

-El mismo poco nutritivo y corriente desayuno de siempre. No entiendo por qué no quieres contratar a alguien para que se encargue de hacerme la comida.

-No creo que sea necesario, el desayuno lo tenemos cubierto, tu almuerzas en el colegio y en la tarde comemos fuera.

-Lo sé papá, pero no estaría nada mal que de vez en cuando comiéramos algo más...casero- dije mientras me sentaba en la meza de la cocina con mi tazón lleno de cereal listo para ser devorado.

-Que bueno que lo dices, porque tu tía Emma se quedara contigo una semana mientras yo estoy en un viaje de negocios. Seguro ella te cocinara todo lo que quieras.

-Está bien, ¿Cuando te irás?

-Mi vuelo sale dentro de dos horas, así que cuando regreses de la escuela no estaré aquí.

-Bueno, será mejor que me despida ahora- Me levanté de la silla y caminé en dirección a mi padre. Viajaba tanto que para mí era de lo más natural que me contará que iba a viajar poco tiempo antes de irse.

Cuando por fin me terminé de alistar fui por mí bicicleta que estaba en el garage junto al ferrari de papá. Bueno, por junto me refiero a un metro de distancia. No me quiero imaginar que pasaría si alguien se atreviera a rayar uno de sus carros.

La verdad no entendía porque mi escuela era la única del país donde no teníamos que usar uniforme, aunque nunca me he quejado ya que eso me permite usar ropa cómoda para manejar mi bici, y vaya que tengo que recorrer un lago camino. Son 8km desde mi casa.

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-¡Bienvenidos a un nuevo año escolar!- Exclamó la directora una vez todos estuvimos ubicados junto a nuestros respectivos grupos.

-Gracias señorita Amanda-Respondimos todos a unísono.

La sala de unión como le llama la directora, no es más que un espacio gigantesco en forma circular con paredes de vidrio y un escenario en el cual cabrían perfectamente unas cien personas. Siempre nos reunimos allí el primer día de clases, el resto del año solo lo usamos unas cuantas veces al mes.

Pasamos una hora escuchando a la directora decir el mismo discurso que siempre nos da sobre que al ser la mejor escuela del país nos tenemos que comportar correctamente. No comprendo por qué el hecho de tener dinero nos convierte instantáneamente en robots que solo deben hacer cosas "adecuadas" para alguien de su estatus social.

Al parecer la mayoría de estudiantes toman ese discurso como su filosofía de vida, llegan a la escuela en autos desde que tenían edad suficiente para obtener una licencia, es decir solo los de último grado, aunque, también están los chicos cuyos padres sobornan a alguien para obtener la suya antes de tiempo.

La largar (e innecesaria) charla de la directora acabó, así que era tiempo de dirigirnos a nuestros salones y conocer a los nuevos compañeros. Si tenía suerte algún chico lindo entraría ese año y me haría olvidar lo que creo que estoy sintiendo por Alex.

Alex él era el típico chico lindo y tierno que no sueles ver como pareja potencial. Llevamos estudiando dos años juntos y en todo ese tiempo creo que nos hemos dirigido la palabra máximo unas veinte veces, pero desde el año pasado creo que algo cambió, suelo sorprenderlo mirándome y lo más extraño es que no me molesta, es más, me agrada. Aunque eso no es lo más raro que ha pasado en nuestra "relación" pues durante las vacaciones me lo solía encontrar todos los domingos en el supermercado que queda frente a mi casa, y estoy bastante segura que el no vive nada cerca de donde yo resido.

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-¿También te llegó una nota?- Preguntó Alex, quien estaba sentado detrás mío. Se refería al memo de color amarillo que encontré pegado en mi silla luego de volver del descanso.

-Sí, ¿irás?

-Por supuesto, me da curiosidad saber quién las mandó-dijo en voz baja mientras la maestra hablaba sobre como este año tendríamos más responsabilidades pues en un año estaríamos en la universidad y necesitábamos estar preparados.

-Está bien. Nos vemos allá.

Era hora, la nota decía que fuéramos a la cafetería una vez las clases acabaran, dude en entrar pues me daba miedo que en verdad todo fuese un invento de Alex, pensándolo bien era el único de mi clase aparte de mi del que tuviera conocimiento que recibió la nota ¿y si todo es un plan para violarme, matarme y tirarme de un puente? casos se han visto, ya se me hacía raro a mí que me espiara los domingos en el supermercado ¿que persona normal hace eso? pues ninguna mi misma, tienes razón. Por otro lado, no creo que me viole estando en la escuela. Bueno, uno nunca sabe. Ay, no sé.

Cuando por fin me decidí a entrar pude divisar rápidamente a doce estudiantes, dos por cada grado de la secundaria.

¿Que mierda es esto?

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Debo aclarar que en Colombia se acaba la escuela a los 16 por lo que mi protagonista tiene esa edad y ya va a acabar (esto es para los países con sistemas escolares diferentes). Esto no significa que la historia se desarrolla en Colombia, solo es que no entiendo los otros modelos escolares.

¿Siempre Juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora