Erase una vez, una preciosa e inteligente princesa del reino de Heroraven, qué a sus 16 años, fue políticamente comprometida con el príncipe del reino vecino de Golighden. Al principio, a la princesa no le gustó nada la idea de no poder elegir con quién casarse. Pero luego, algo cambió: conoció al príncipe. Carismático, humilde y bondadoso, enamoró a la princesa, quién seguía indignada por no poder elegir con quién casarse. Ella pospuso la boda, siempre dando excusas: "Estoy resfriada, y no quiero estar resfriada para mi gran día", "Mi perro escapó, necesito a mi perro para mi boda, es mi compañero más fiel" (En realidad, lo había escondido en sus apocentos), o también "El tío del primo del hermano de la madre de mi doncella falleció, necesito estar con ella, no voy a casarme de luto", entre otras.
La princesa siguió posponiendo la boda, pero con el tiempo, se enamoró más y más del príncipe de Golighden. Hasta que una noche, sin más, se dio cuenta de que no podía seguir posponiendo la boda hasta morir, y también se dio cuenta de que, así pudiera elegir con quién casarse, elegiría a su amado príncipe. Así que se casaron sin demora, se convirtieron en rey y reina, y tuvieron una hermosa princesita, que ademas de inteligente, resultó ser una belleza, bondadosa, simpática y... humilde.
Yo, Emma.
Luego tuvieron dos pequeños bastardillos molestos, los gemelos Sara y Spencer. Que ahora tienen 15 años y... nop... no dejaron de ser molestos.
Yo por mi lado, tengo 19, ojos verdes y cabellos rubios. Lo que es desconcertante ya que mis hermanos son morenos con hermosos ojos azules. Supongo que saqué los ojos de mi padre y el pelo de mi madre. No es importante de todas formas.
Hoy se supone que sería un día especial para el resto de mi vida. Mi madre espera que conozca al "futuro amor de mi vida", y cree que va a lograrlo presentándome al príncipe Benjamin Clavel, del reino de... de... ya ni siquiera me acuerdo. Lo que probablemente demuestra mi interés en el hombre.
-Yo conocí a tu padre a los 16 años, y tu ya tienes 19. Estás más que madura!- Decía mi madre cada vez que hablábamos del tema. Que ella encontrara el amor en mi padre, exactamente el príncipe con el que estaba técnicamente obligada a casarse, no significa que yo lo haré también.
Pero claro, luego esta el asunto de que yo seré reina, y necesito a un rey a mi lado. Pone al reino sobre mis hombros y luego me habla de amor.
En fin, hoy es el día. Mis doncellas terminan de arreglarme el pelo para el desayuno, me levanto de mi silla, y bajo las escaleras para encontrar a mi familia en la mesa Real, untando tostadas con queso. Mi madre y padre discutiendo temas de rey y reina. Nunca nos metían a nosotros tres en esas discusiones, aunque yo sea la que se encargue en un supuesto par de años. Envidiaba a mis hermanos, sin responsabilidades... Cuando yo sea reina, les permitiré casarse con quien quieran.
Mi madre me saluda, y me siento. Hoy el jugo sabe mal, y me da la impresión de que el panadero simplemente tiró el pan al suelo, lo pisó, y lo puso en mi plato. O probablemente sea por el muchacho arrogante al que tengo que "conocer" hoy. A pesar de ser princesa, los nobles no me conocen, por lo menos no cara a cara. En cambio yo, conozco a cada uno de ellos. Y tengo excelente memoria, por lo tanto recuerdo cuando tenía 10, y el principito Ben pasó por el castillo. Era un completo inútil de 17 años, poco atractivo y que optaba por llamarme "Pequeña princesita". Tenía 10 años, no era estúpida. El punto es que mientras él sólo me saludó, cordialmente, yo le seguí la pista durante toda su estancia. Me resultaba poco confiable. Y hoy pretende casarse conmigo.
El desayuno termina y vuelvo a mi habitación, Sara me acompaña porque quiere estar presente cuando me preparan para "conocer" a Arrogante Ben. Exacto, Arrogante Ben. Ya es asunto serio, cuando le fijo nombres despectivos.
Las horas pasan, y me encuentro con un bellísimo vestido Rosa con detalles en dorado, y un peinado recogido con algunos rizos desprendidos. El collar que tengo alrededor de mi cuello es simplemente glorioso. Me siento más bonita que nunca. Lástima que sea para aquel bastardo.
Sara está super emocionada con mi apariencia, igual que mamá, que se le derrama una lágrima de lo que espero que sea orgullo. Papá sonríe, me dice que me veo hermosa. Realmente no necesito un vestido fuera de lo común para que este orgulloso de mi. Spencer también sonríe, y me dice que me veo bonita, lo dice en serio, aunque no le importa mucho lo que me ponga encima. Nunca distingue la diferencia entre algo lindo y algo feo cuando se trata de ropa.
Mis padres se sientan en sus respectivos tronos (supongo que no hace falta aclarar que estamos en el salón de los tronos), y Sara y Spencer se sientan al lado de mi madre. A mi me toca el asiento delante de mis padres, casi en el centro del salón. Supongo que de esa forma la atención se centra en mi, aunque odio cuando eso pasa.
Suenan trompetas. Las puertas se abren y entran dos guardias. Luego de esos dos guardias, entra un hombre. Ahí estaba él, ahí estaba Arrogante Ben. Supongo que ahora se ve más atractivo, sin su corte "cacerola"y con un poco más de músculo. Sus ojos avellana se posaron en mi, y al ver su interés, comprendí que a pesar de verme bonita, me veía más como una corona ambulante. De ninguna manera me caso con este estúpido. A ver si me mata para quedarse con mi corona.
Los guardias gritan:
-¡DEL REINO DE HUNTRED, EL PRÍNCIPE BENJAMIN CLAVEL!
Vaya inútil.
-Mi más cordial saludo, princesa Emma.- dice Ben.
Que nariz más enorme... digo:
-Un placer conocerlo al fin, príncipe Benjamin.-Ya quisiera- Espero que los asuntos en el reino de...-¡Maldición, ni es tan difícil acordarse del nombre de un bendito reino! Huntrad... Huntreck...- Huntred, estén bien.
-Están excelentemente, su majestad- "Su majestad" repito para mis adentros con vos burlona, así la llamaban a mi madre.
-Es magnífico oír eso.-digo y hago un ademán con la mano a los guardias de que pueden cerrar la puerta.
-Príncipe Benjamin, a mi hija, mi esposa, y a mi nos gustaría oír su propuesta- Interviene mi padre.
Si ¿Cuál es tu propuesta gran tonto? ¿Matarme para quedarte con mi corona?
-Mis propuestas más honestas son de casarme con su bella hija, hacerla feliz, y ser su compañero en la travesía de reinar un gran reino como éste.- dijo. ¡JA! La única parte cierta probablemente sea "reinar un gran reino como éste".
Mi padre asiente con la cabeza. No le cree ¡No le cree! Ése es mi padre.
-Ya veo- Dice- sería un honor que nos acompañes a tomar el té en una hora para discutir más a fondo tu propuesta.
Una hora. El tiempo necesario para correr por mi vida.
-El honor es mío, su alteza- dice y se retira.
Las puertas se cierran y Sara se me aproxima con una sonrisita en la cara.
-No está tan mal, en realidad- dice.
-¿A qué te refieres?
-Bueno... no parece muy bondadoso, ni compañero... ni humilde...ni... ¿has visto su nariz?
La pregunta me hizo reír, a Sara no le gusta. Y para que a Sara no le gustara, realmente tenía que carecer de cualquier clase de atractivo.
-¡Lo se! Es terriblemente feo.- contesto.
Al momento se acerca también mi hermano.
-No estarás considerando casarte con este mono ¿Verdad?- dice.
Sara y yo reímos, niego con la cabeza y al segundo también Spencer ríe.
-Los amo demasiado, renacuajos- les digo, y les dos besos en la frente como cuando tenían ocho años.
Créditos a la co-creadora:
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La Devoción de Emma
Lãng mạnLa princesa Emma White es la heredera al trono de Heroraven. En ella cae la responsabilidad de reinar toda su nación, pero para eso tiene que completar el deber más dificil y definitivo de su vida: Elegir marido. Sus padres esperan que se case con u...