Luego de que Kass se hiciera aire (literalmente), paso un rato recostada entre las raíces del árbol, con una de sus flores en mis manos. Pienso. Si yo me casara en secreto con otro hombre, y presentara los papeles en la corte, no habría manera de que me casara con Benjamin. Ahora sólo tengo que conseguir un sacerdote que esté dispuesto a casarme sin aprobación de los reyes. Ah, claro, y un esposo. Ese tema era más complicado, no había tenido novio desde los 16, cuando había conocido al hijo de un conde. Había sido mi primer beso.
Me quedo absorta cuando un llanto agudo me aparta de mis pensamientos.
Reconozco que era algo peligroso seguir un llanto en un bosque desierto. Podía ser una trampa. Pero si alguien estaba en peligro... supongo que el deber de una princesa era ayudar.
Sigo caminando guiándome por mi oído, y llego a otro claro, en el que nunca había estado. El claro estaba vacío (no tenía nada especial como el arbol de flores), excepto por un niño, que se agarraba a un tronco con toda su fuerza, y lloraba.
Después de quedarme mirando unos minutos para ver si había peligro, decido aproximarme al niño, y hablarle.
-Hola...-digo cautelosamente.
El niño se sobresalta, y yo me sobresalto porque... bueno, por que él se sobresalta.
-¿Quién eres?- suelta el niño, asustado. Tenía los ojos llorosos de un color miel, y el pelo rubio, más dorado que el mío. Era tan bonito. Incluso con las marcas de las lágrimas en su cara.
-Soy la pr...-me interrumpo, y lo repienso-soy Emma.
-¿Qué haces aquí?
-¿Qué haces tú aquí?- le digo.
-Me perdí. Estaba acompañando a mi hermano a buscar leña, y vi una luciérnaga, la seguí hasta que me perdí en este bosque feo y no supe a donde ir y corri. Y ahora no se como volver.
El nene parecía de unos 6 o 7 años. Recalculé lo que podía hacer para ayudarlo. Si siguió a una luciérnaga y empezó a correr... las luciérnagas sólo aparecen de noche, por lo tanto, como había anochecido hacía no mucho, no puede estar tan lejos... Media hora, cuarenta minutos corriendo no bastan para pasar dos reinos, así que obviamente era del reino vecino. El reino de Bluhorn... no iba a arriesgarme a ir hasta allí si no era vitalmente necesario... así que mejor pregunto.
-¿Eres de Bluhorn?
El niño me mira desconfiado.
-Sí- dice finalmente.
Lo pienso, y en un milisegundo me decido.
-Sé cómo ir, ¿Te llevo?
Al principio veo una luz en los ojos del nene, pero luego la ilusión se va y dice:
-¿Cómo se que puedo confiar en ti?
-Emmmm... no lo sabes, pero no es como si tuvieras mucha opción.
Casi puedo ver el cerebro del niño funcionar.
-De acuerdo.-dice.
Caminamos un rato uno al lado del otro, sin hablar, hasta que me doy cuenta de algo.
-No se tu nombre, niño- le digo.
-Obviamente no es niño, es Luke. Luke Watson.
-Es un nombre hermoso, Luke Watson.
-Gracias, Emma... Emma ¿qué?- pregunta con voz inocente. Realmente no sabe que soy princesa. Mejor. Estoy harta de que me traten distinto por ser princesa. Aunque mi apellido es conocido. Así que tengo que pensar rápido y...
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La Devoción de Emma
RomanceLa princesa Emma White es la heredera al trono de Heroraven. En ella cae la responsabilidad de reinar toda su nación, pero para eso tiene que completar el deber más dificil y definitivo de su vida: Elegir marido. Sus padres esperan que se case con u...