IV

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Ya había pasado bastante tiempo en qué Kat ni yo hemos hablado, además ya no la encontraba por su casa, tampoco la veía en la calle y extrañaba su mirada tan profunda.

Era martes de mañana, tenía mucho sueño y no quería levantarme de la cama. Pero mi madre no hacía más que llamarme y decirme que me cogería la tarde. Luego de dos horas llegué a clase y me pusé mi abrigo, hacia mucho frío y tenia que calentarme. Luego de que las clases acabarón me fui a mi casa y vi a Kat bajar de una patineta y abrir su casa. Apuré mi paso para que no me viera, pero antes de que me diera cuenta ya estaba delante mío...

Gran sustó que me distés Kat- Dijé fingiendo que no la había visto.

Jajaja, ay nena no te hagas. Me vistes y seguistes, pude observarlo bebé- Me dijo cogiendo una de mis manos y entrelazandolas.

Dejamé Kat, tengo que hacer unos debéres pendientes y tú me distraes- Trataba de soltarme, pero no podía, ella me tenía muy fuerte y no se alejaba.

Por qué quieres que te dejé? Por qué quieres que me aleje de tí? Acaso no sabés cuánto tiempo he estado pensando en tí todo este tiempo?, Por favor Sofí, por qué no me crees...- Sus ojos se habían cristalizado y me apretaba más fuerte aún, se veía tan tierna y a la vez tan rota.

-Lo siento Kat, lo siento. No te pongas así, por favor. Perdoname, fuí algo fría, pero sigo pensando en dejarnos un tiempo... Podemos estar como amigas, lo prometó, pero no quiero una relación por ahora...

-Está bien Sofía, está bien, estaremos como amigas, pero te prometo que lucharé por tí, te prometo que todos los días estaré pendiente de tí y no voy a alejarme de tí- Se secó sus lágrimas y tomó mi mano.

-Te quiero Kat, gracias por entenderlo, tengo que irme a una cita, nos vemos luego.

-Mucha suerte Sofí, cuídate mucho y ojalá salga todo bien mi pequeña.

-Gracias Kat- Tomé su mano, me despedí de beso de mejilla y me fuí.

Iva muy deprisa, mi mejor amigo me esperaba e iva retardada 15 minutos, quizás él ya se había cansado de esperar y se había ido o quizás no. Llegué al parque y ahí estaba el más tonto de todos, sentado viendo al cielo.

Me hizó una mirada amenazadora y luego hizo una pequeña sonrisita, él era un chico rubio que con sus ojos azules cautivababa a más de una, le gustaba el baloncesto y tenía un piercing en su labio inferior, me encantaba verlo feliz, me encantaba verlo sonreir, me encantaba cuando me hacía mimos y luego se sonrojaba, siempre había estado conmigo, desde hacé dos años, siempre me protegía de todo.

Cuando llegué hastá él me abrazo fuerte y luego me sacudió.

-Y esa carita? Que te pasa mi pequeña Sofí, quién te ha dejado así, que tienes?-Decía mientras me miraba y su carita arrugaba.

-Nada Jab, sólo es que no estoy muy bien por lo de Kat, ya sabés..

-Mi pequeña, hacés lo correcto, no tienes por qué estar así, venga, vamos y te ínvito a un helado de Brownie.

Mis ojos se abrierón e hicé pucheros, él sabía como hacerme sentir mejor, con sus abrazos, con sus mimos, con sus caritas de bebé, ay era tan perfectó.

-Siiiii, vamos-Salté sobre él, pero terminé tumbándolo y cayendo sobre sus piernas.

-Estás bien? Lo siento, lo siento... Debí avisarte.

-Ay peque, tranquila, estoy bien, sólo vamos por el helado y después a caminar, estás de acuerdo?

Desafiando el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora