(NOTA AUTORA: estoy volviendo a subir los capítulos, cada sábados, corregidos ♥♥)
Caleb me había enviado un mensaje para decirme que esa tarde estudiaría con Lucy. Esa chica le tenía literalmente cogido por los huevos. Podía hacer sonar una campanita invisible con sus dedos y él iría corriendo a arrastrarse a sus pies. Si no fuera porque me caía bien...
De todos modos no entendía por qué se preocupaba tanto por estudiar. Al final, las matemáticas solo eran una asignatura más, y ni siquiera eran tan complicadas. Con poner un poco de atención en clase bastaba. En mi opinión, lo mejor que podías hacer el día antes del examen era relajarte y estar tranquilo para rendir frente al papel en el momento importante.
Y eso era lo que estaba haciendo yo esa noche en mi habitación. Relajarme de cara al próximo examen.
Hasta que unos golpes en la puerta de mi habitación me pusieron alerta. Tan rápido como pude apagué el cigarrillo y lo lancé por la ventana abierta. Hice movimientos espasmódicos con la mano para dispersar el humo.
—Adelante —dije en voz alta.
Mi hermano Daniel apareció al otro lado del umbral. No hizo más que dar dos pasos en la habitación, y se quedó quieto. Sabía que había olido el tabaco. Suspiró y cruzó sus brazos.
—No hacía falta que tirases el tabaco, Nate. Lo puedo oler casi desde la entrada.
Aquello era una exageración, pero así era Daniel. Al tener doce años más que yo se tomaba su actitud de hermano mayor muy seriamente.
—¿Qué es lo que pasa? —Increpé a la defensiva, porque nunca tenía ganas de escucharle echándome la bronca—. ¿Tú no tenías una cita hoy?
Daniel tenía veintinueve años y ni siquiera vivía en casa, pero últimamente pasaba más tiempo con nosotros que en su apartamento. Era algo que no entendía. Era cierto que nuestros padres apenas estaban en casa, y cuando estaban no los veías, pero yo no podía esperar por el momento en el que me fuese a la universidad y me deshiciese de ellos. Tal vez esa fuese la razón por la que me tomaba la molestia de asistir a los exámenes.
—Tengo una, pero primero quería pasarme a ver cómo estabas —explicó, caminando hacia mi escritorio y ocupando mi silla—. He escuchado que mañana tienes un examen.
Ni siquiera quería saber cómo se había enterado. Antes él me ayudaba a estudiar. De hecho fue mi profesor particular y es gracias a él que aprendí bastantes trucos útiles de memorización, pero luego se fue a su apartamento y perdimos parte de ese contacto. También ocurrió que yo crecí, y dejé de contarle cosas.
—Está más que superado, no te preocupes.
Antes de que pudiera pararle, Daniel se puso a revisar entre mis cajones. Me despegué de la pared junto a la ventana y me dirigía a su lado para pararle, pero llegué tarde. Él ya había encontrado la petaca antes de que llegara a su lado.
Frené de golpe y él me miró con cara de enfado, sacudiendo la petaca medio llena frente a mi cara.
—¿En serio, Nate? ¿Qué mierda tienes en la cabeza?
La mierda que tenía es que él era el hijo perfecto, no yo. Él era quien siempre respetaba las normas, quien nunca se metía en problemas, sacaba buenas notas y estudiaba la carrera que su padre quería. Y cuando hay dos hermanos, uno tiene que ser la oveja negra. En nuestro caso, fui yo.
—No es tu jodido problema —protesté, tomando la petaca de vuelta y guardándola en el cajón con violencia—. ¿Has terminado ya de molestar o piensas dejar plantada a tu cita?
Él me miró y un silencioso duelo de miradas corrió de sus ojos a los míos. Finalmente tomó de vuelta mi petaca del cajón y se la guardó en el bolsillo de la chaqueta. Aquella era la tercera que me quitaba en un mes y empezaba a mosquearme. Además, ni siquiera la había terminado.
—Tíratela y relájate un poco, que es lo que necesitas —le espeté, carcomido por el enfado.
Daniel estaba a punto de salir por la puerta, pero al escuchar mis palabras se dio la vuelta bruscamente y caminó directo hacia mí. Por unos segundos pensé en retroceder.
—No hables así, Nate. Diana es una mujer decente, una persona, y como tal merece respeto. Necesitas aprender un poco de educación.
Me callé, porque reconocí que había cruzado la línea. Daniel no era exactamente un chico de citas, pero cuando tenía una, se volcaba del todo con la mujer. Algo de crédito había que darle.
Fuera quien fuese ella, era una persona afortunada.
Y hasta aquí, el POV Nate.
En fin, creo que todos sabemos que tienen en común hasta el momento ambos protagonistas, ¿no? :P Daniel y Diana ♥ (esto en serio, no escogí los nombres a posta. Me di cuenta después)
¡Ahora a prepararme para el carnaval! Espero que lo paseis bien esta noche ♥ Vodka y yo también lo haremos ;P
Un saludo,
Ann ♥
Chiste del día: "Te amo". "¿Cómo sabes que es amor?" ."Porque pienso en ti y no puedo respirar". "Eso es asma".
"Bueno, entonces te asmo"
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Amor Fingido © || 6 de mayo 2021 en físico
Novela JuvenilPublicación 6 de mayo Por circunstancias del destino, Amanda y Nate, dos personas que no se soportan, se ven envueltas en una falsa relación, fingiendo ser novios. Fingiendo amor. Amanda Berrie se ha pasado prácticamente toda su vida fingiendo. Fing...