Demonios.

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Un día me dejo conocerla a profundidad.

Estábamos en esas desgastadas hamacas que están  en la casa de sus padres, se estaba columpiando alto por lo cual como la amante de la adrenalina que aprendí que era,  quería columpiarse de pie, "para sentir la brisa de él viento en mi cara" dijo ella, cuando se puso de pie, su buzo se elevó dejándome ver algo que nunca imagine: cicatrices.
Tenía 3 pequeños cortes en su delicada muñeca. Notó que los vi y sus ojos se cristalizaron. Yo estaba paralizado, no sabía que hacer. Luego de unos minutos saltó del columpio hacia él césped e aún demasiado en shock para hacer o decir algo, imité su acción en silencio. Sintiéndome un inútil por no saber que decir, aunque quería decir algo, lo que sea. Nada salía.

Me susurro sus miedos y me presento a sus demonios.
Me contó como se sentía en tres palabras: invisible,sola e inútil. Que creía que su padre nunca la amó y que lastimaba a todos. Odiaba su cuerpo y su personalidad.
Hablo también sobre  aquel imbécil quién la había ilusionado para luego romper su corazón, de su mejor amiga que la traicionó y de que nunca supo que era la felicidad realmente.

Comprendi una verdad sobre mi nueva adicción, aquella chica con la que tanto esmero deseaba conocer:
No era suicida pero se auto lesionó alguna vez. No sufría bullying en la escuela ,ella misma se lo infringía. No era anoréxica,pero no comía demasiado. ¿Lo entiendes? Otra vez, era un termino medio. No había etiqueta que la definiera, para bien o para mal, no entraba en ninguna categoría.

Aquella tarde entendí él cambio que todos vimos en ella. Sí callas lo que sientes algún día explotas y sí siempre intentas vivir para los demás,cumpliendo sus expectativas,te olvidas lo que es vivir. Te conviertes en un zombie en modo automático que se guía para satisfacer a todo el mundo y eventualmente te olvidas por completo de lo  que es ser tu mismo. De quién eres.

Y eso le había pasado a ella. La vida le mostró de la manera más cruel que debes ser tu mismo siempre.

-Soy la clase de libro que nadie se toma el trabajo de leer.-Susurro ella con una sonrisa fría.

-Soy la clase de lector que le gustan los libros aún si no son reconocidos, son gemas sin descubrir: como tú.- Le respondí.

Y sonrió. Una sonrisa de verdad. Y era para mí.

Mariposa azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora