Capítulo #12

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Sentí un leve empujón en mi hombro izquierdo, abrí los ojos y me los talle hasta poder ver bien, mire a mi alrededor y vi a todos los chicos recogiendo sus mochilas para salir de la clase y mientras tanto a mi lado estaban Axel y Stacy riendo.

-¿Por qué se rien?

-Creo que me voy a tener que ir acostumbrando a levantarte -Axel sonrió mientras negaba con la cabeza.

-¿Me quedé dormida?

-Para nada, solo te acostaste sobre tu mesa, cerraste los ojos, el profesor te gritó unas diez veces luego se canso al ver que no respondias y te bajó en conducta. Pero no te dormiste, puedes estar tranquila por esa parte -el sarcasmo de Stacy habló por ella.

-No era necesario el sarcasmo, solo hice una pregunta ya que no tengo todos mis sentidos despiertos y no se ni que día estamos hoy.

-Chicas creo que será mejor que me vaya, tengo dibujo técnico y mi profesora no es tan paciente que digamos así que si llego tarde me dejará afuera -Axel cogió su mochila y se la colgó en el hombro -Adiós, nos vemos a la hora del almuerzo -y salió.

-¿Qué clase te toca?

-Biología ¿y a ti?

-Química -Stacy asintió y se dirigió a la puerta -oh Stacy espera, me estaba olvidando de decirte -corrí a su lado -Hoy tengo que ver a Henrie a la hora del almuerzo, pero antes de que me mates te diré que solo será un momento y ahí los buscaré para que me converses todo lo que mueres por decirme.

-Esta bien, nos vemos luego -sonrió y se perdió con el resto de estudiantes que se encontraban en los pasillos.

Caminé por los pasillos buscando mi clase, pero en ese transcurso me perdí en mis pensamientos. Algunos alumnos caminaban rápido, otros corrian, otros simplemente esquivaban y yo iba a paso de tortuga mirando a la nada. De repente un fuerte empujón en el hombro izquierdo y un agudo pero fastidioso chillido me obligo a voltearme.

-¿Acaso estas ciega que no ves por donde vas? -la fastidiosa voz pertenecia a una chica sumamente guapa, y con un cuerpo envidiable, pero al parecer con un horroroso genio.

-Lo siento, no fue mi intencion, no te vi.

-Es obvio que no lo hiciste pero tranquila te perdono querida es entendible que una vaca como tu ocupe casi todo el pasillo.

La cólera se hizo presente en mis mejillas y lo único que pude hacer es mirarla con furia y salir corriendo con lágrimas ardiendo en mis mejillas. Corrí y corrí hasta llegar a mi auto y encerrarme en el, golpee con furia el volante y grité. No pensé lo que hacía y simplemente puse en marcha el auto y salí del instituto lo más rápido que pude. Me pasé semáforos y excedí el límite de velocidad pero no me importo solo quería estar sola.
Después de varios minutos conduciendo estacione el auto en un campo vacío, me bajé y me senté debajo de un gran árbol que me cubría bastante del sol y estaba suficientemente alejado del camino, así nadie me podría ver.

-Ya no lo soporto, esa chica tienes razón soy una vaca. Nadie me quiere -Susurre aunque nadie estuviera cerca y enterré la cabeza entre mis rodillas y seguí llorando.

Quería cerrar los ojos y no despertar, todo me lastimaba. Porque es en ese momento en el que tu subconciente no te ayuda y comienzas a recordar todo lo que has hecho mal y las lagrimas comienzan a aflorar cada vez más.
Sentía que no valía para nada, que mil espadas me atravesaban y en cada una de esas heridas la muerte llegaba. Ya no sabía que pensar y tampoco que hacer, como adelgazar tan rápido y poder al fin ser aceptada y no causarle problemas a nadie.

Lloré hasta quedarme dormida, y cuando sentí un fuerte resplandor en mi rostro comencé a abrir los ojos y noté que el sol había cambiado de posición, rápidamente saqué mi celular y miré la hora, eran las 5:42 P.M. Me levanté del suelo y me dirigí a mi auto, me subí y rápidamente me miré en el espejo, mi rostro estaba rojo y mis ojos hinchados por tanto llorar. Me enjuague un poco la cara con agua de una botella que tenía en mi mochila, me sequé y me maquillé un poco para que no se notara tanto que había llorado. Pero era obvio que no lo podía ocultar, la hinchazon no se iba. Suspiré cansada y me dispuse a manejar, mientras ponía música para aclarar mi mente.

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