¤Capítulo 18: Salvadas ¤

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Mientras Alicia conocía a su abuelo que lo habían dado por muerto cuando ella era una pequeña inocente, del otro lado de la montaña Anna y Romina aun se encontraban en la tienda de la gasolinera.

A lo que Anna se encontraba esperando junto a Romina el señor de la tienda vio sus dedos quebrados y de inmediato fue en busca de vendas. A Anna le dolía mucho sus dedos puesto que se lo había fracturado, tomó una decisión que no cualquiera lo toma por voluntad propia,pero ella lo hizo aunque sabía que le doleria hasta el alma.

Tomó un dedo y se lo jaló para hubicar el dedo en su posición en la que estaba antes y lo mismo hizo con el otro, pero no fue tan fácil como se lo menciona. Tuvo que girar su cara y morder en la parte del hombro de su abrigo. Romina se encontraba alerta parada en la puerta por si veía un el auto de su mamá pasar.

El señor encontró las vendas que tenía y que vendía en su tienda, se dirigió a donde Anna,les puso un antiinflamatorio y comenzó a vendar sus dedos que de un momento a otro ya se encontraban rectos sin ningún daño pero inchados por el disloque que habían sufrido.

-¿Pero que has hecho? -Preguntó el señor sorprendido.

-Es la primera vez que veo a una persona reubicarse sus propios dedos dislocados.

-Eres muy valiente -añadió el señor.

-Ja ja -río entre cortado ya que le dolía aun sus dedos hinchados con un color rojizo por lo inflamado.

-Puede ayudar a mi amiga también Porfavor -dijo Anna. Se torció el tobillo y no puede caminar bien -argumentó.

-Claro que sí

El señor fue en busca de una cubeta y fue a llenarla afuera de la tienda, con una manguera verde que tenía. Entró con la cubeta casi llena y se dirigió hacia la nevera, la abrió y cogió tres regletas llenas de hielo y las tiró en la cubeta, y la llevo hacia donde se encontraba Romina. Anna llevo una silla cómoda para que se sienta Romina en ella.

-Muchacha mete tu pie en esta cubeta y déjalo ahí durante 5 minutos. - Dijo el señor muy seguro.

Romina metió su dedo pulgar y lo sacó de inmediato, el agua ya estaba totalmente helada
En instantes. Pero no lo pensó más y metió su pie.

Pasaron las horas y al fin había llegado la Mama de Romina. Anna alcanzó a verla y de inmediato le aviso a Romina, corrieron hacia donde ella estaba y la abrazaron, las tres soltaron lágrimas mientras se abrazaban.




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