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Dejé de sentir el frío cuando la calle se encuentra a bajo cero. Mi piel no notaba cuando la acariciaban. Y mis ojos no derramaban lágrimas bajo ninguna circunstancia.
Conseguí mirarme en el espejo y ver más allá del reflejo; veía luces y sombras, siluetas y figuras. No conseguía verme a mí misma. ¿Qué debes hacer cuándo tu alma se ha ido? ¿Cómo explicar el momento en el que tu tez pálida no se sonroja ni aún diciéndote "te quiero"?
No se puede; porque es el momento en el que mueres. Sigues respirando en un mundo en el que ya no existes.

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