Capítulo 8

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Nathanael había salido al último, le tomo más tiempo de lo que esperaba ordenar sus papeles que hace un momento había tirado, algunos estaban maltratados y sucios, no le molestaba del todo, al final los papeles que llevaba afuera eran borrones y notas con poca importancia, sus verdaderos y más importantes dibujos estaban dentro de su mochila, no saldría con ellos en las manos, no era tonto.

Camino hacia la puerta de salida, donde vio como un par de sus compañeros de clase se despedían de una limusina, Agreste de seguro, ese chico tenía el mundo en sus manos, que envidia, pero bueno, era un buen chico, siempre atento a sus compañeros, si tan solo todos los ricachones de la ciudad fueran como el, no sería increíble?

El día avanzaba y Nathanael esperaba en la parada del autobús junto con un par o dos de otras personas esperando el mismo, ninguno parecía llegar y estaba comenzando a hacer más frio, su casa estaba en la una zona privada, así que tenía que avanzar un gran tramo para llegar al menos a la cabina de seguridad de la zona, debió de haber entrado al autobús anterior, pero había mucha gente y entrar así le era muy incómodo. De pronto vio a un oficial acercarse en una patrulla, y comenzó a hacer señas para que se detuviera.

-Ddisculpe... oficial! – grito al auto que se detenía a su llamado
-Que sucede? – dijo un amable el oficial
- Llevamos ccasi 1 horas esperando el autobús 310... Ssabe por que aún no ha llegado?
-El 310? – dijo llamando por su radio a la estación de autobuses
- El 310 se dañó oficial, lleva casi 2 horas en la estación y aún no han podido repararlo – se escuchó desde la radio
-Ya escuchaste muchacho- dijo apenado el oficial – Deberías tomar un taxi
-Ssi... gracias de todas maneras...

Nathanael no sabía qué hacer, no cargo dinero con él y no había nadie en su casa hasta el anochecer. El resto de las personas que también esperaban el autobús se dispersaron molestas, de entre ellas apareció Alya y Nino confundidos por la multitud que maldecía entre dientes, ambos vieron a Nathanael y se sorprendieron, hace 2 horas que la escuela termino, que hacia allí? Estaba helado afuera. Preocupados se acercaron a Nathanael a preguntarle que sucedía, el chico apenado les contó desde lo de Chloé hasta lo del autobús, los chicos suspiraron sonrientes, típico de Chloé y típico de Nath.

-Bueno... - se burló un poco – al menos esta vez te defendiste! Aunque muy a tu manera... pero santo cielo Nath, que sucede con tu suerte? – dijo Nino burlón
-Oh cállate! –interrumpió Alya – Tu tiraste tu libreta en el retrete!
-Qque hacías con la libreta en el baño? – dijo Nathanael en voz baja sonriendo
-Eso no es importante!! Ya saqué copia de las notas de Alya, así que esto nunca paso está bien?! – se quejó apenado
-Está bien, está bien – dijo Alya – Ahora el problema eres tu Nath, necesitas que te prestemos dinero?
-Nnoo! Nono! – se sorprendió el pelirrojo – Yyo no podría.... Aceptar ese dddinero...
-Oh vamos! Somos compañeros – insistió Alya
-Si Nath, deberías tenernos más confianza – dijo Nino
- Ggracias... - contesto feliz Nath

Alya y Nino sacaron sus carteras pero al momento que Nathanael les dijo el costo de un taxi hasta su casa, se quedaron boquiabierto y se miraron preocupados, Nath sabía lo que sucedía, obviamente no cargaban tanto dinero para la escuela, ni el mismo, por eso tomaba el autobús, Alya apenada de no poder hacer nada más se disculpaba por haber dado esperanza a Nathanael de volver a casa, pensaba y pensaba en otra manera de ayudarlo, no quería dejarlo solo ahora que estaban ahí, volteando a ver a todos lados, intentando buscar algo que la ayudara, su vista se detuvo en la casa de Marinette

-Claro! Nathanael, que tal si te quedas en casa de Marinette hasta que puedas comunicarte con tus padres? – propuso alegre Alya
-Cccccon MMarinette??? - se sonrojo
-Hey buena idea – dijo Nino – No creo que a Marinette le moleste
-Pppero...!! – tartamudeaba desconcertado
-Sisisi, vamos Nath, te acompañamos hasta allá y le contamos todo
-Eeesta bien.... – dijo aliviado al oír que ellos se quedaría con el

She Is My LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora