Capítulo 5

507 12 1
                                    

Mi primer día de trabajo fue increíble, me pase toda la mañana analizando expedientes, cada vez me convencía más de lo mucho que amaba mi carrera... Disfrutaba de todo lo que hacía, por tanta emoción y distracción por decirlo así se me paso la hora del almuerzo.

Eran las 13:30 pm, salí de la oficina busque a Lucía y su escritorio estaba vacío, seguro tenia mucho trabajo o algún encargo que realizar.

Todo iba tan bien, me sentía inmensamente agradecida con la vida por tantas alegrías.

Mire mi reloj y me diriji hacia la cafetería, con suerte encontraría a Lucía, ya que es la única persona con la que he podido conversar durante el día... quizá llegue a ser una buena amiga.

La cafetería queda frente al Bufete., es '' El Grillo '', un lugar muy acogedor y sencillo. Sería difícil encontrar a personas influyentes en ese café, la mayoría iría a almorzar en un restaurante lujoso.... por eso me gustaba tanto esa cafetería por que me sentía cómoda y podía ser yo.

Me sente cerca de una ventana, llame al mozo e hice mi pedido... los zapatos empezaban a molestarme, me los quite disimuladamente, por lo menos para que mis pies descansen un rato.

A mi lado derecho escucho una risa bajita... veo a una mujer alta de pelo corto, tes blanca y ojos muy seductores... Que hermosa mujer, se veía tan libre y despreocupada. Se estaba riendo de mis pies descalzos, cuando noto que la oí se acercó a mi mesa.

-Perdón, me causo gracias ver a una mujer tan elegante descalza. No fue mi intención molestar.

*Si fuera por mi, cambiaría estos zapatos por algún calzados deportivo. Pero no me queda otra opción

-Si tienes otra opción.

*Perdón, no entiendo.

-Puedes ir descalza a tu trabajo, lo que realmente importa es tu eficiencia, no lo que llevas en los pies.

*Me estas hablando en serio?

-Si, no hay nada mejor que sentirse cómoda. Es lo que yo pienso.

Ella hablaba con tanta naturalidad, como si todo fuera muy sencillo. A cada rato mojadas sus labios y era imposible dejar de mirarla.

Mi orden llego y ella se disculpo una vez más y se retiró, yo me quede sin decir una sola palabra, hasta el hambre se me fue. No alcance a decirle siquiera que no me molesto para nada su comentario, al contrario oye pareció gracioso. Te deseó mucha suerte, adiós extraña... Esas fueron sus últimas palabras para luego salir corriendo.

Amor Lesbico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora