Viernes otra vez.
Hoy no nos apetece salir de casa, pero nuestros cuerpos saben que hoy toca acción, y nos lo piden. Hemos pensado en llamar a algunos amigos, quizás a los nuevos: Cameron y Scarlett, lo pasemos bien, o alguien con más confianza. Pero al final decidimos jugar solos.
Nos damos una buena ducha caliente juntos, donde solo nos besamos y hay algunas caricias. Al salir del baño hago que se siente en la cama, cuando tengo captada su atención dejo caer la toalla y sin ningún pudor, voy a revelarle otro secreto.
Intenta cogerme, pero me aparto. Voy hasta la ventana para cerrar las cortinas y me acerco a la mesita de noche, retiro la ropa interior y dejo a la vista el doble fondo. Él observa lo que hay y sonríe con picardia.
-Quieres jugar conmigo o ver como juego?-
-Juega y observaré, pensaré cuando incluirme- Esa voz me pone muchísimo,y más sabiendo que el también lo desea.
Me subo a la cama y abro mis piernas, con dos dedos aplico un poco de lubricante de sabor a fresa en mi clítoris, para luego llevarlos a mi boca, los lamo con sensualidad.
Con la mirada fija en mi sexi novio pongo el pequeño vibrador al dos y lo paseo de arriba abajo y en círculos, soltando pequeños gemidos. Subo la intensidad y lo introduzco un par de veces y lo vuelvo a pasear. Las piernas me tiemblan levemente por los espasmos de placer que yo misma me provoco. Cierro los ojos y lo pego más a mí. Noto como Kylian se pone detrás de mí y me mueve para apoyarme en su pecho. Me besa el cuello y lame hasta mi oído.
-Imagina que estamos en el club. Que no estamos solos en la cama y que te voy a ofrecer a otro hombre. Te gusta?-
-Si- Mientras no paro lo que hago, sus manos pasean por todo mi cuerpo. Estamos unos minutos más así, después cojo el consolador y lo introduzco, gimiendo al instante.
-Después de él te lo haré yo- Jadeo por su propuesta y meneo más la mano para llevarlo más profundo. Pero no tengo bastante, el de mi novio es mejor, llega más lejos y no lo tengo que mover yo. Pero aun así llego.
Mi chico guapo se pone delante de mí y pasea la lengua por mi entrepierna, saboreando el gel de fresa y volviéndome loca, minutos después se tumba sobre mí y tenemos sexo. Antes era bueno, pero desde que jugamos con el morbo, es todo mucho mejor.
Siento sus envestidas asoladoras, me encantan. Bajo las manos por su espalda y cogiéndolo del culo lo apretó contra mí a la vez que subo las caderas y un par de gemidos llenan la habitación. Estoy segura que los vecinos nos están escuchando, pero me importa muy poco.
El timbre no tarda en sonar, pasamos de él y seguimos lo nuestro, llegando a un increíble orgasmo que no parece tener fin.
Dejo caer todo mi cuerpo y siento como Kylian hace lo mismo. Aun sin fuerzas me pongo de lado y lo abrazo, ambos estamos sudados, pero qué más da.
Siento como algo caliento desciende por mis piernas y sé que tengo que volver a la ducha, pero ahora mismo no tengo ninguna intención de moverme, también siendo conscientes de que la vieja del piso de abajo nos va a quemar el timbre.
Harta de soportar eso me limpio con las sabanas y me pongo lo primero que encuentro.
-Que le pasa?- Abro la puerta y casi le doy un manotazo para que deje el timbre tranquilo.
-A ti te parece que eso es normal? Sois unos asquerosos-
-Señora, no sabe que esto es de mala educación. Váyase a su casa-
-Ramera, llamaré a la policía-
-Como que tu no lo has hecho, tienes 6 hijos- Digo entre risas –Llama a quien quieras- Cierro la puerta y vuelvo a la cama. Nadia me va a quitar este buen humor.
Estoy harta de esa señora, nunca podemos hacer nada porque siempre nos llama la atención, me canse de ser educada.
Entro en el cuarto y me quedo apoyada en la puerta. Viéndolo sobre la cama, completamente desnudo, unas cuantas malas ideas vienen a mi mente. Cosa que da paso a un segundo asalto.
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Descubre conmigo (ACTUALIZANDO...)
Ficção AdolescenteEsta es la historia de como Kylian descubre el mundo de su novia Idara. Un mundo lleno de morbo y erotismo, cargado de incógnitas para él, que descubrirá de la mano de la atrevida, morbosa y moderna chica que tan modosita parecía cuando la conoció...