Capitulo 2

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—Sí... —dijo el rascándose la nuca— y también soy el nuevo vecino...

Lo miré sorprendida.

—¿Enserio? —dije— ¡Que guay!

Cálmate Emily, tampoco te emociones tanto.

—¡Si! —dijo él— También es guay tenerte como vecina.

—Gracias —sonreí— ¿Quieres pasar?

—Gracias, pero no puedo, tengo que cuidar de mi hermana —dijo él sonriéndome de nuevo

—Ah...  —dije— Bueno, no pasa nada, nos vemos mañana, ¿no?

—Sí. —dijo— Y si quieres podemos ir al instituto juntos.

— Claro —dije yo sonriéndole

¡Para ya de sonreír enserio!

—Adiós vecina —dijo con una sonrisa

—Adiós vecino —dije sonriendo yo también

Por Dios Emily si no paras de sonreír parecerás una lunática.

Él se fue hacia su casa mientras yo cerraba la puerta y volvía a mis cosas, sin poder quitar esa sonrisa de mi cabeza.

-Martes-

El querido sonido del despertador retumbó en mis oídos despertándome para empezar un maravilloso día en mi querido instituto.

Como todas las mañanas, me duché, me planché el pelo dejándomelo suelto, me maquillé y me fui a desayunar.

Y esta vez me fui al instituto con Jorge, lo cuál fue muy agradable.

—Buenos días —le saludé alegremente

¿Desde cuándo soy alegre por las mañanas?

—Buenos días —dijo él también saludándome con la mano

Nos fuimos andando al instituto mientras hablábamos. Admito que el tiempo se pasó muy rápido, Jorge era muy simpático, y puede que me distrajera varias veces por su sonrisa perfecta.

Al llegar, me despedí de él y me fui con Jessica, quién me esperaba en la entrada.

—¿Ese no es el chico nuevo que esta como un queso? —casi chilló Jess, haciendo que algunos alumnos se giraran a verla como si estuviera loca

—Sí, es mi nuevo vecino —dije yo tranquilamente

A Jessica se le abrió la boca en forma de "0".

—¿Y Lily? —dije yo mientras me reía de la cara de mi amiga.

Jessica cerró la boca y pareció reaccionar.

—Le están persiguiendo unos chicos —dijo y yo resoplé.

De pronto, la gente dejo sus conversaciones y hubo un silencio absoluto que me hizo fruncir el ceño extrañada.

— ¿Qué..? —empecé yo, pero Jessica me tapó la boca con su mano.

Me fijé que todos bajaban sus cabezas y miraban al suelo, incluso Jessica lo hizo.

Por la puerta entraron tres chicos que parecían salidos de una revista de PlayBoy. Empezaron a andar por el pasillo con aire de superioridad y yo me quedé mirándolos extrañada.

Uno de ellos se giró en mi dirección y me vió mirándolos.

Yo me di cuenta de que era la única que los miraba, mientras los demás se miraban los pies.

Los tres chicos se pararon a mirarme con cara de desaprobación, y yo como no entendía que hacía mal, los seguí mirando con una cara impasible.

Ellos siguieron andando como si fueran los reyes del instituto, mientras yo me preguntaba qué cojones estaba pasando.

—¿Pero que coño? —se me escapó, porque la situación realmente parecía salida de una telenovela barata.

Jessica me miró y me pareció que intentaba decirme algo, pero no la entendía. Uno de los chicos se giró hacia mí y se me quedó mirando.
Le sostuve la mirada un segundos que me parecieron eternos, y por fin, se giró y el trío de modelos se fue.

Cuando se fueron, todos volvieron a sus conversaciones, aunque noté que muchos me miraban de reojo.

—¿Que acaba de pasar? —le pregunté a Jessica aún sin entender nada

—Esos tres son conocidos por todo el instituto—dijo— Son los chicos mas populares de aquí , y todos vienen de familias extremadamente poderosas. No los habías visto antes porque se saltan la mayoría de clases, sobretodo las primeras semanas.

—Yo diría que también son los mas idiotas del instituto —dije bufando— ¿Por qué andaban como si fueran reyes y nosotros simples mortales?

—Emily, esto no va en broma. —dijo Jess— Ellos no permiten que nadie los moleste, ni que les hable, ni siquiera que los miren.

—¿Y porque ellos lo digan hay que hacerles caso? —dije yo

—Sí, porque uno; son muy ricos y sus padres tienen tanto poder como para arruinarte si les llevas la contraria; dos, son muy agresivos, los que les han cuestionado no han salido bien parados; y por último, el que incumpla estas normas declarará su sentencia de muerte —dijo Jess seriamente.

Menuda gilipollez.

—Pues... —me lo pensé, pero luego asentí y sonreí— yo soy rebelde.

Soy Rebelde #SR1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora