Bueno, la cuestión es que volví a verla. No al día siguiente o al otro. Pasó toda una semana antes de verla cruzar la acera frente al café. Dejé de lado mi cuaderno y seguí el movimiento de sus cabellos rojizos que caían sobre su abrigo. Había algo en ella que me intrigaba. Miré la hora y me pregunté si habría pasado a la misma hora la última vez que la vi.
No me malinterpretes, pero en ese momento me sentí un desquiciado. ¿Estaba controlando a esa chica? Creeme que lo primero que hice fue preguntármelo. No la estaba controlando, supongo que sólo me parecía extraño.
Pero, a pesar de eso, tomé un lugar en esa mesa cada tarde. Es justo la que está en el centro del ventanal, entre la Y y la S de Jakky's. Llegaba y me sentaba ahí. No había mucha gente en el café a esa hora, por lo que no tenía problemas en ocupar el lugar.
Fue entonces cuando empecé a prestar atención a sus andanzas. Durante una semana entera pasó todos los días a las tres en punto de la tarde. Ni un minuto más, ni un minuto menos. Empezó a obsesionarme el verla ahí.
Soy un escritor frustrado, supongo que vi en ella el fantasma de una historia. Un personaje, quizás. Quién sabe, ella podría haber sido una gran protagonista después de todo.
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Solo una calle.
Historia CortaEl éxito a veces viene ligado a las más grandes locuras. Él creyó haber perdido la cordura por una chica y un café.