CLOWN

Predestinado a...

Tenia diez años cuando me recuerdo que sucedió.
En cada cuarto del Hogar de la Srita. Alegría (que por cierto no era una señorita, era una vieja de unos cuarenta y cinco años y según decía ella que nunca había tenido sexo, pero yo la escuche diciendole al sacerdote que había "pecado" y que se habia metido con su primo» Él lugar lo gobernaban las monjas.
Como decía había un gran cuarto y este tenia unas diez literas y todos los abandonados vivíamos allí.
En la litera de a la par, dormía un desgraciado llamado Tony Cizón. Tenia doce años y nadie adoptaba al infeliz.
Era tan feo, su tono de piel no era normal, era como una roca. Gris. Era poco él cabello que sobresalía sobre esa gran cabeza. Talvez era así por los cigarrillos que guardaba en su almohada y no digamos las revistas de mujeres mostrando sus pechos y vaginas. Siempre era él ultimo en salir del baño porque ya sabes lo que hacia ¿No?
Él infeliz me golpeaba por querer, pero cuando yo les decía a las estúpidas monjas nadie me creía. Porque para ellas Tony era él ángel más perfecto.

En él hogar de la Zorra Alegría, nos daban de comer basura. La comida sabia a excremento recién cagado de un cerdo. Y si no te comias todo, te encerraban en un cuarto. Yo lo llamaba él cuarto del dolor. Las monjas te arrodillaban junto con una estatua de un hombre y te daban unos azotes.
Él punto era en que este hijo de perra de Tony, me quitaba la comida y decía que yo se la había metido en él plato a otro niño y así decir que ya había comido.
Como Tony ya tenía amenazados a todos los del dormitorio ellos asintieron y la perra Alegria me llevó al cuarto del castigo me bajo él calconcillo y me dio diez azotadas con un palo de madera. Recuerdo que me orine del dolor y no soportaba él dolor de las nalgas, sentía que me habían puesto él culo en unas brazas ardientes.
Él palo se quebró en dos.
-Reza por lo malo que has hecho.
-dijo la perra
-Yo no he hecho ninguna maldita cosa- le grite yo
La zorra me pego en mi rostro.
-Ahora reza por ese vocabulario y por la mentira que has dicho.

La perra salio de la habitación y me dejo bajo llave.
Atravez del cerrojo observe como la vieja le agradecía a Tony por decir la verdad y le señalo que si seguía diciendo lo correcto se iria al cielo.

No lloré. Mas bien sentí la furia y ese odio que comence a tener.
Tomé los dos trozos de palo que habían en él suelo y los sujete en mis calzoncillos y estos quedaron rectos en mis piernas. Pasaron unas  horas y una monja llamada Maria me levantó y yo insinúe que tenia cojera. Ella no dijo nada y fuimos a las habitaciónes.
Todos los del cuarto estaban en él baño cepillándose las trompas y Tony estaba allí.
Maria me llevó al baño y me cepille ya era hora de dormir.
-Muy bien niños ya es hora de dormir- dijo una monja.
Todos comenzaron a caminar en fila y se fueron.
-Tony ya es hora- dijo la monja.
-Porfavor Sor.Marina, puedo entrar al baño y yo llegó ¡si!-
-Esta bien - dijo - Y tú, apresurate- me dijo.

La monja cerro la puerta y Tony fue al ultimo baño y vi cuando detrás de su camisa se sacó la revista pornográfica y cerró la puerta.

Hice silencio y solo escuchaba como Tony gemía y pasaba hoja tras hoja.

Era hora de matar al maldito y esto no se iba a quedar así, me baje él pantalón y desenrrede mi calconzillo y tome los dos palos. Me subi él pantalón y me quite los zapato para no hacer ruido.
Caminaba y cada vez que me acercaba escuchaba al infeliz gimiendo satisfactoriamente.
Estaba justo cara a cara con la puerta y era hora de matarlo, abrí la puerta de un portazo y le vi él culo, se detenía del baño y con todas mis fuerzas levante él palo y se lo metí en él ano. Tony grito y boto la revista, trato de darse la vuelta para pegarme pero le di una patada y cayo de rodillas.
-Adora al Baño- le susurré
Y le meti él otro palo.
-Adoralo hijo de puta- le dije
Y le agarré su cabeza y la metí dentro del inodoro. Tony trataba de zafarse pero cuando intentaba, yo con mi pie le metía mas él palo. Hasta que murió ahogado.
Las monjas entraron y todas gritaban de horror. Y yo... Comencé a generar mas odio.