Tiny el Payaso

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No paraba de correr, jamás había corrido. Toda mi maldita vida había estado encerrado, y al salir tenia esa libertad. Gracias a él.

Ya a mis veintisiete años de edad, estaba desnutrido y con exceso de cabello en todas partes.
Jamás me lo había cortado ni rasurado, en el manicomio nadie tenia buen trato, salvo que fueras ese violador con un micro pene y te dejaran tus pertenencias.

En cambio yo, iba con un camisón, descalzo en la tierra y tratando de buscar algo o a alguien con quien refugiarme. Pero... Tenia que asesinarlo.

A unos kilómetros observaba un pequeño esplendor, me llamó la atención y fui hacia la luz.
Pero no podía tener este maldito vestido, llamarían a los del manicomio y dirían que un loco salió de el. Era hora de actuar.

Antes de llegar observe a una pareja tocándose en unos arbustos, la mujer se reía y el hombre la complacía. Saque mi navaja y corrí hacia ellos, los dos estaban desnudos y esa era ventaja para mi. No ensusiaria la ropa. La navaja fue clavada en la cabeza del tipo y la sangre le caía en el rostro a la mujer. Ella comenzó a gritar, el tipo ya había muerto.

-¡Porfavor, no me haga daño!- me dijo la tipa.

La observe, sus pechos le caían y los movía como un péndulo.

-No diré nada, sólo hago mi trabajo... Soy... Soy... Prostituta- dijo

Mi odio hacia esa puta me hizo recordar a mi madre y la muy zorra me había abandonado.
«Sólo hago mi trabajo»
Corrí hacia ella, y le metí la navaja en el ojo, y luego en él otro. El liquido que le salia del ojo me recordó a la gelatina que nos daban en el manicomio de la zorra alegría.

Dejé los cuerpos tal y como los había encontrado, tomé la ropa del hombre y le quite el dinero a la zorra. Y me dirigí a ese esplendor.

Cuando llegué me di cuenta nada mas ni menos era un circo, de pequeño la casa de la zorra alegría, nos ponían a ver películas de Charles Chaplin y en ellas se podían observar como eran los circos, todos estaban encantados de como era el lugar con animales y damas que les llegaban los pies a la cabeza y todo eso.
Habían muchos niños y me dio mucho asco al ver su rostro de felicidad y junto con sus padres todos iban de la mano y con sus paletas.
En la entrada había un enano, el pequeñin cobraba la entrada y supuse que el era el dueño.
Y si ,acerté.

-Disculpe, necesito trabajo- dije

-Lo siento amigo, ahora no tenemos dinero para pagar-

-Puedo hacer lo que usted me diga-

El enano me vio y pensé en David y Goliath, otra de las películas de la Zorra.

-Ah, esta bien. Vas a limpiar las carpas de todas mis estrellas y te pagaré, cinco centavos ¿Estas de acuerdo?-

-si esta bien, donde empiezo-

-Ve a la carpa de Tiny-

-¿Tiny?- dije

-Es el payaso. idiota- me dijo

Cuando me dijo así, tuve ganas de aplastar a ese asqueroso con mi pie, pero tenia que tener un poco de tolerancia.
El tipo me observo y yo me dirigí a la carpa.
En la entrada de la carpa decía
"Si quieres conocerme tienes que pagar quince centavos y para una foto son treinta att Tiny el Payaso"
Cuando entre pude sentir ese olor a felicidad. En la carpa había un gran mueble, tenia siete gavetas y un gran espejo. Había mucho maquillaje. Al acercarme al espejo observe a Tiny el Payaso con niños, ellos estaban sonriendo. Habían globos, Confetti y sobre todo... Felicidad.

-No leíste las instrucciones pedazo de mierda- escuche.
Al mirar hacia atras observe a Tiny el payaso. Esta enfadado.

-Soy el nuevo de la limpieza- dije

-Ah, pensé que eras un maldito papá que quería que fuera a la fiesta de esos estúpidos mocosos-

-¿Acaso no amas tú trabajo?- le dije

-A ti que te importe un comino imbécil, así que sino vas a limpiar, mueve tu culo de mi carpa-

-Si lo haré- dije.

-Limpia mi mesa, ah y no quiero que registres nada. Si te miro robando algo, Te cortare el pito y se lo daré a Miriam la Pantera-

«De eso ya me encargue yo» pensé.

Tome un trapo y limpie los rastros de maquillaje blanco y el rojo. Cuando limpiaba la mesa observe que abajo había un pequeño cofre, este se encontraba cerrado.
No le di importancia.

Pasaron cinco meses, tenia un trabajo mediocre aveces me pagaban y otras no. Limpiaba la mierda de los elefantes, de "miriam" y de muchos animales que tenían. Limpiaba los pelos de la mujer barbuda. Y sobre todo la carpa de Tiny. Ya que el era la estrella. Todos lo amaban, incluyendo adultos. Pero nadie sabia como era realmente.
La policía había llegado por el circo, habían dicho que habían encontrado a una prostituta y a un hombre muerto a unos kilómetros de aqui. Nadie dijo nada, y vaya que había tirado la ropa de ese tipo. Sino hubiera regresado al manicomio.

Mi odio había parado, pero lo   que me sucedió fue lo que hizo que se agrandará mas.

Limpiaba la carpa de Tiny, y derrepente observe unas fotos. En ellas aparecían niños siendo violados por el mismísimo payaso y el enano que era el dueño.
Abajo de las fotos se encontraba un periódico municipal
“Niños Desaparecen" “Cuerpos aparecen violados en cunetas ”
“¿Circo Sospechoso?".

El maldito payaso no era lo que en realidad pintaba.

-Ahora ya sabes nuestro secreto- dijo Tiny junto con el enano y tres hombres mas.

-Ustedes son... Unos violadores-

-Ese es nuestro segundo trabajo hijo- dijo el enano.

Los tres hombres me sujetaron y cerraron la carpa.

-Mira maldito- dijo Tiny -La policía viene por mi, encontraron pintura de payaso en la boca de un niño, así que tu ahora seras Tiny-

Yo grite, pero nadie me oía.
El payaso saco una tijera para cortar césped y me corto la lengua.

-Nadie te escuchara, Nadie- dijo Tiny.

Los hombres me colocaron la ropa de Tiny, me pintaron igual a el y me dejaron sin ningún rastro de pelo.
La policía no había llegado era una mentira, ellos lo habían dicho para que no culparan al circo , Tiny se volvería parte del show, como uno de los tres hombres más fuertes del espectáculo. Como nadie le había visto su maldito rostro en realidad, jamás se darían cuenta.
Tiny dijo

-Tu seras mi remplazo, hasta nunca Tiny- me dijo

Cuando abrieron la carpa, estaban todos los del circo con antorchas.

-Quemen al Maldito- gritaron todos.

Me colocaron en un palo y todos pasaron a echarme gasolina. Después lanzaron el fuego.
Nadie me podía escuchar, si quería hablar no podia, no tenia mi lengua. Solo olía a carne quemada...

«En donde estoy» escuche dentro de mi interior.

-Del infierno eres, a la tierra volverás me dijo la voz.

-¿Donde estoy?- pregunte.

-En tu hogar- me dijo Lucifer.

Todo estaba oscuro, en las esquinas había fuego.

-Ahora es tu turno- me dijo.

Y al abrir los ojos me encontré en el circo. Habían pasado cinco años y eso no quería decir que era hora de mi venganza...

CLOWNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora