Renacido

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Pasaron cuatro años y llegué al manicomio de "Maria la Guadalupana" que por mi desgracia él lugar era de la iglesia católica, según esos idiotas pensaban que por adorar a sus estatuas y darnos ese pan redondo nos iban a purificar.
Eran unos imbéciles.

Estaba alejado de todos los malditos locos que rodeaban ese lugar, estaba en la ultima celda.
Cuando él sacerdote se acercaba a mi celda, trazaba una cruz en él aire y recitaba " Qué la virgen y Dios te lleven por él buen camino"
Lo que hacia era sacarle él dedo y me comenzaba a reír. Eran buenos tiempos esos, hasta que ese infeliz viejo de la limpieza abuso de mi.
Pensó qué un joven de tan sólo catorce años iba a satisfacer su apetito sexual y su pedofilia.

Estaba sólo ese día, las enfermeras habían sacado a los enfermos mentales al patio para respirar aire puro. Pero yo, les importaba un Carajo. Por haber asesinado a ese idiota hace cuatro años, me imaginaron como lo mas asqueroso del planeta.
Ese día había mucho sol. Lo notaba por la pequeña ventana que había en él pasillo.
Él maldito limpiaba las celdas con caca y orina de los locos.
No empezaba a desarrollar todavía, apenas me salían pelos en él ombligo.
Él caraculo entró a mi celda era un calvo, alto y robusto. Yo estaba sentado en mi cama y me dijo, -Vaya vaya, con que tenemos aqui al palitos¿verdad?-
Y puso su asquerosa mano velluda en mi rodilla, yo se la aventé y la volvió a colocar.
-Oí que le metiste dos palos a ese chico, cual era su nombre eh, ¿Tony?-
No le respondí al maldito.
-Ahora lo sentirás tú- dijo en susurros.
Y de su bolsa sacó una jeringa y me la inyecto en él muslo.
Sólo observe cuando cerraba la puerta y se desabrochaba el pantalón.

Cuando desperté, me sentía la persona más asquerosa de este asqueroso mundo. Quería matar a este malnacido. Y según por lo que escuchaba, abusaba de la enferma con Síndrome de Down Violet de sólo trece años y por allí corría él rumor que la violaba junto con él sacerdote. Pero las Monjas se hacían las estúpidas.

Pasaron tres años, ya había cumplido los diecisiete y él abuso sexual seguía contra todos los locos.
Todo esto tenia que acabar y ese maldito lo tenia que pagar.

Él día que lo mate la prensa me llamó «El asesino de los ángeles » porque segun ellos yo mataba a la gente buena.

Él Tipo entró a mi celda junto con la carreta junto con los utensilios de limpieza.
Me hize él dormido y justo cuando se iba acercando a mi con la jeringan, le di una gran golpiza en su arrugado rostro.
Él hombre cayó al suelo y boto tres dientes.
Con mi pie detenía su cabeza y de la carreta tome él trapo con la que nos tapaba la boca para no gritar y se la coloque.
Había una navaja en la carreta, las monjas la llamaban "la navaja de... Por si acaso".
Le baje él pantalón y le metí la navaja por él culo.
En la carreta habia gasolina y fósforos, le abrí él ano al tipo y le deje caer un buen poco y lo encendí. Al hacer esto me sentía mas satisfecho y ya sabia que estaba destinado a hacerlo.
Él culo le ardía y sacaba él humo por su hocico.
Tomé la navaja y la oculté.

Con las llaves abrí todas las celdas liberando a todos los enfermos.

Y yo me sentía cada ves mejor. Habia renacido.
Pensar en Violet me hizo recapacitar en odiar mas al mundo, gente indefensa siendo abusada y la gente ignorándolo.
Él odio creció más.

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