Había escuchado que no me querían meter a prisión por miedo a que asesinara a algún Ladrón. Además no había una cerca en donde estábamos.
Esas noticias me hacían tener más entusiasmo de seguir asesinando.
Ahora estaba en él manicomio para hombres. Y seguía encerrado, pero aun tenia la navaja, me la había ocultado bien en él culo.
Cuando abrí todas las celdas , los locos salieron mataron a casi quince personas, diez médicos, tres personas de limpieza y los otros dos fueron devorados.
La policía llego rápido y a todos los encerraron y a mi me cambiaron de manicomio. Cuando los policías me llevaban los locos me aplaudían.Estaba encerrado y en la celda podían dormir dos personas, en la mia había un idiota llamado Martín Santos, él tenia esquizofrenia. Todos los días se golpeaba la cabeza con la reja y la pared tenía una gran mancha roja, cuando sangraba demás, se ponía a dibujar cosas.
A los enfermeros les daba igual, para ellos "un animal menos, un pan mas"
Cada día que pasaba, le contaba mis secretos a Martín Santos, este solo se reía porque él completo imbécil ni entendía ¡Já!
Me gustaba narrarle como quería ir matando persona por persona, a lo largo de mi maldita vida he comprendido que no odio a todos, la gente con alguna discapacidad como Martín Santos o Violet (Ya sabrá Dios donde se encontrara si muerta o Siendo víctima de algún otro abuso) no las odiaba. Ellos eran ángeles caídos y esa dolorosa caída los había vuelto lo que eran.
Pero yo, no creo que haya caído del cielo como todos los discapacitados, yo habia salido de las entrañas del mismísimo infierno. Y eso era magnífico para mi.La ultima vez que le conté mis aberraciones a Martín, él ya tenía un gran agujero en su cabeza, y cada día sangraba, ya parecía vagina sangrando cada vez, solo que él era cada día. Día por día.
Los enfermeros se llevaron a Martín Santos a la Morgue, había muerto por un Traumatismo en el cerebro.
La pared la dejo llena de sangre y entre ellas sobresalía los jeroglíficos. Nunca encontré algún significado.Pasaron diez años y ya era un adulto, seguía encerrado en mi celda, mi odio hacia el mundo había parado. No sabía a que odiar. Lo único que observaba era el retrete con mierda y orina y mi cama, era lo único que observaba y si odiaba ambas cosas seria un completo estúpido.
Fue cuando llevaron al violador de mujeres a mi nueva celda, como ya te había mencionado, era el asesino de ángeles y no me podían tener cerca de los locos me alejaron con ese inútil.
Los dos éramos los únicos que nos tenian en alta seguridad.El inútil era de unos veinticinco años, cabello largo. Era de cuerpo musculado.
-¡Hey! tú Cara de perra hambrienta, yo me quedare en tu cama, y tu en el suelo.
En esa habitación había un retrete y solo una cama, los malditos enfermeros no les importábamos.
-¡Te estoy hablando, Perra!- me grito.
Y me agarró de la cabeza y me tiro al suelo. Tenía fuerzas demoniacas. Hasta qué...
-Vamos basura de porquería, quitame estas botas que ya no aguanto los pies- ordenó.
Los enfermeros habían dicho qué el juez habia ordenado a que no se le quitara su ropa de cuero, ya que no estaba loco, pero como no había prisión cerca, el dijo que pasará la noche en el manicomio y en la mañana lo trasladarían a una prisión.
-¡Te he dicho que me las quites ya!- espetó y cerro los ojos.
Saqué mi navaja de donde la tenia guardada.
«Un Animal menos, un pan mas» pensé.
-Será un placer- susurré.
Tome sus enormes pies y le desamarre las botas, el muy idiota pensó que había conseguido un esclavo, pero lo que no sabia es que ese esclavo era del mismísimo Satanás.
Alce mi navaja y se la ensarte en el estómago, en ese momento abrió los ojos y rápidamente le quité un calcetín y se lo metí en el hocico para que no gritara.
Lo comenze a apuñalar, la sangre salpicaba con rapidez y me recordé de los jeroglíficos de sangre de Martín y lo seguía apuñalando.
El hijo de Perra no moría.-Veremos qué tan grande es tu pito para que seas llamado violador-
Le desabroche el pantalón y su pito era del tamaño de un arroz.
-Vaya, Vaya, no es nada más que el cerebro de un pez lo que te cuelga en los pantalones- le dije.
El tipo me observaba.
-Ahora Es turno de que lo pruebes- dije
Y con navaja en mano, empecé a cortar ese arroz. El tipo gemía
Fue fácil la cortada.-Provecho amigo-
Y le metí el pene en su hocico, el bastardo comenzó a ahogarse y yo... Seguí apuñalándolo el abdomen y la pared estaba llenándose de tinta rojiza.
Hasta que sucedió...
De la sangre que habia en la pared salió... El mismo Diablo.
-Te he observado- mencionó con una voz muy ronca.
Dejé el cuchillo en la barriga del tipo y mire hacia las manchas de sangre.
-¿Quién eres?- dije
-¡Tú Creador!- dijo
Me quede asombrado.
-Sabes- dijo -Tu enorme odio me ha llamado y creó que tu seras para mi-
-No te comprendo- le dije.
-Mira, si tú lo ahnelas puedes salir de aqui con mi ayuda, pero..
¿Qué harías tu por mi?--Matar- le dije
El asintió y en un abrir y cerrar de ojos estaba a diez Kilómetros de el manicomio.
-Ya sabes lo que te toca- oí de el aire.
Corrí con todas mis fuerzas y tenia que hacer, lo que había aceptado.
Muchos recuerdos volvieron a mi mente e hizo que el odio volviera a mi. Ahora había entendido los jeroglíficos de Martín Santos, no eran simples jeroglíficos, sino mi portal para comunicarme con él... El que se hacia llamar Mi creador.

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CLOWN
رعبSi te aterran o te gustan los payasos, la historia de Tiny te helará la sangre.