Carta primera.
Querida Samantha:
Solo puedo decirte que dejes de esperarme, nadie te asegura que vuelva o no. Necesito encontrarme, porque estoy perdido.
Si estoy en mi casa de verano, pero no espero que vengas porque si haz de hacerlo me veré obligado a irme de nuevo. No es una amenaza, es un aviso.
¿Podrías mandarme la foto que nos tomamos en el parque a las dos?
También la del tejado, si puedes.
Gracias, espero estés bien.
Dante.
