Capítulo 4.

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Al fin en casa; cansado, sudado y mojado de lluvia. Pero tenía mi nuevo celular. Me senté en la mesa con mi mamá, aunque no estuvieramos hablando.

Me entretuve revisándolo, buscando mis canciones favoritas, descargándole mis aplicaciones, agregando algunos contactos que tenía escritos...

En eso recordé que ya tenía el número de esa hermosa chica de cabello morado, por eso dejé a mi mamá y fuí a mi habitación. Cerré la puerta y me acosté en mi cama y con el celular en alto con las dos manos, le escribí.

~Hola linda, soy Rafa. (R. 5:45 p.m.)

Esta en línea y no contesta capaz que tiene novio.

~Holoo, ¿Cómo estás? (K. 5:51 p.m.)

~Pués, estaré mejor cuando salgamos denuevo. (R. 5:51 p.m.)

~Sí, ¿por qué no? Mañana estoy libre, ¿qué tenías en mente? (K. 6:03 p.m.)

¡OHH ACEPTÓ!- grité mentalmente. No se me borraba la sonrisa hasta que me cayó el celular en la cara. Lo levanté rápidamente y me apresuré a contestar.

~Pués no lo sé. Podríamos ir al comer helado o a conversar en un parque. ¿Te parece si te paso a buscar a las 4? (R. 6:05 p.m.)

~Excelente, te paso mi dirección... (K. 6:06 p.m.)

Mis clases eran nocturnas, no tenía ningún inconveniente. Talvez me fuera bien con esta chica. Estaba feliz de poder salir con ella mañana, por eso le escribí a Ángel.

~Hermano, ¡me dijo que sí! (R. 6:11 p.m.)

No se conectaba de hace rato, debe estar ocupado. Puse mi celular en la mesita de noche que tengo al lado de mi cama y me acosté a pensar en el día de mañana.

Me estaba quedando dormido cuando me entró un mensaje.

~¿De qué hablas? (A. 6:25 p.m.)

Para explicarle las cosas mejor, decidí llamarlo.

~~~~~~~

Me veía bien. Estaba en la habitación de mi mama viendome en su espejo. Me vestí casual, me eché perfume y salí hacia su casa.

No estaba muy lejos, caminando llegué hasta un edificio no muy alto. Me detuve frente a él y la llamé.

-Keisy, baja. Ya estoy aquí - le informé.

Me quedé mirando hacia la puerta hasta que se abrió y la vi salir. Cargaba un pantalón corto, una blusa pegada y sandalias.

Caminaba hacia mí con una sonrisa hasta que un par de perros se soltaron de alguien que los estaba paseando. Ella se asustó tanto que comenzó a correr y los perros la siguieron.

La atrapé por la cintura y la cargué hasta que el dueño de los perros llegó a recogerlos.

Ella bajó sus pies y yo la llevé hasta el suelo, aún sin soltarla. Se dió la vuelta entre mis brazos hasta acabar frente a mí. Nuestros ojos se conectaron. Me acerqué lentamente.

Unos gritos cortaron la magia que había surgido en ese momento.

-¡Lily! ¡Cuidado con el carro!- una madre alterada corría hacia una niña que cruzaba la calle tras una pelota de jugar fútbol -¡Lily!

La niña tenía el cabello largo, rubio y despeinado. Se veía muy linda y alegre.

El auto frenó y la dejó pasar. La señora que seguramente era la mamá, cruzó tras ella, la tomó del brazo y se la llevó regañandola.

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⏰ Última actualización: May 14, 2016 ⏰

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