Ella:
La luz del sol entraba desde esa ventana y daba a mi cara, medí la vuelta para que no me moleste, me acurruque en su pecho y volví a dormir...
¿¡Espera que!?
Me senté en la cama de golpe y lo mire, mis ojos comenzaron a abrirse demasiado, en cualquier momento saldrían de mi cara.
Mire mi cuerpo, estaba con una remera de tiras común y sin ningún pantalón, si estaba en ropa interior y para hacerla peor, el estaba en cuero y quiero creer que bajo las sábanas hay un pantalón.
- Matias levántate... - Comencé a mover lo despacio, al ver que no reaccionaba aumente la velocidad. Nada. - ¡MATIAS! - Grite en su oído y el se despertó de golpe, haciéndome ami, caer de la cama.
- Oh dios Jaz, ¿estas bien? - Salió de la cama y estiró sus manos para ayudarme, las tome y me levante, para mi sorpresa quedamos demasiado pegados.
Esto está realmente loco, estábamos en mi habitación, el estaba en boxers, yo no llevaba pantalones, solo llevaba una remera de tiras y mis padres están en la casa.
Mire sus ojos, sus hermosos ojos azules, me perdí completamente, el comenzó a acercarse hasta tal punto de que nuestras narices rozaban y nuestras respiraciones se mezclaban. De un momento a otro, sin saber cómo, estábamos besándonos.
- ¡Jaz hija, ¿ya han despertado tu y Matias? - Se oyó la voz de mamá del otro lado de la puerta, me separe de el asustada y tape su boca. Haciendo señas de que se callará. - ¿Jaz? - Volvió a preguntar, al ver que nadie respondía se alejo, sentí paz hasta que la oí gritar a mi madre.
- ¡Alan, me debes dinero, te dije que terminarían juntos!
¿Que? ¿¡Mis padres han apostado!? ¿¡Que demonios!?
Golpee mi frente con mi palma y caí de espaldas a mi cama.
¿Porque todo ami?
- Entonces... - Hablo Matias incómodo, le mire y repetí.
- Entonces...
~×××~
Caí de espaldas a la cama y el sobre mi, sus manos en mi cintura y las mías en su nuca, nuestros ojos cerrado, y nuestras bocas peleando entre ellas.
Así es. Lo había vuelto a besar.