El Regreso (Cap. I)

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28 de Noviembre, me encontraba caminando a la salida, aun con ambas manos esposadas a mis espaldas, seguida por las dos oficiales de policías. Los rayos del sol golpearon en mis ojos cegándome, como odio el sol. Una de las oficiales saco de su bolsillo las llaves de las esposas y me las quito, la otra oficial camino hacia las rejas para abrirlas.

-Por fin libre eh Sawyer- Me dijo sonriente María, la oficial.

-Sí, ni creas que las extrañare- Bromeé mientras masajeaba un poco las muñecas, observando a ambas oficiales.

-Menos mal porque nosotras tampoco lo aremos, así que estamos igual- Me giño el ojo con una sonrisa, entregándome mis pertenencias -Por cierto, Feliz Cumpleaños pequeña.

-No me digas pequeña, sabes que odio que me digan así- Tome mis cosas -Pero gracias María- Le dedique una sonrisa -Bueno, ya me tengo que ir- Dije despidiéndome con la mano.

-Cuídate y no te metas en problemas esta vez, vale?.

-No te preocupes por eso- No tenía ni la más mínima intensión de volver a mi antigua vida como delincuente, asesina, secuestradora, etc., ya no más... A no ser... No!.

Acelere el paso mientras salía, quería irme de esta bendita cárcel. Observe mi coche a lo lejos, mi hermoso Pontiac GTO del 69 color negro, como lo extrañaba. La puerta del coche se abrió saliendo de este mi gran amigo Samuel, quien me miraba sonriente con sus típicas gafas blancas con los cristales color violeta, camino hacia mí con los brazos abiertos.

-¿Cómo está la cumplea...- Se quedó callado debido a que salí corriendo hacia mi coche, abrazándolo, que tanto extrañaba.

-¡Oh! Hermoso como te extrañe- Observe de reojo a Samuel quien me veía con brazos cruzados negando con la cabeza. -Ah, hola Samu- lo mire indiferente conteniendo las ganas de reírme por lo que hice.

-¿Quieres que te deje a solas con tu hermoso?

-Sí, vete.

Coloco una de sus manos en su pecho haciéndose el ofendido - Vale, me voy.- y comenzó a irse por el camino, comencé a reírme y corrí hacia el abrazándole por la espalda.

-Es que eres tonto, ¿Lo sabias?- lo abrase más aun riendo.

-Yo también te quiero pequeño demonio- se dio la vuelta revolviéndome el cabello como a una niña pequeña, cosa que odio.

-¡Oye! Ya no soy una niña, deja de hacerme eso- Aparte su mano y le saque la lengua poniendo cara de molesta.

Se me quedo mirando con una sonrisa en su rostro y en un movimiento rápido yo estaba en uno de sus hombros tal cual saco de papas, se dirigía al coche mientras que yo golpeaba su espalda debido a que me hacía cosquillas, me metió en el asiento del copiloto del coche.

-¡Que quiero conducir yo!- dije cruzando los brazos mientras lo observaba montarse en el coche.

-Esta vez no, es tu cumpleaños tonta- Me dedico una sonrisa y comenzó el camino hacia casa.

En todo el camino fue puras risas, debido a las cosas que pasaban en casa con los muchachos, mi combo. Así duramos aproximadamente dos horas llegar a casa, ¡Dios! Solo quería llegar y dormir por un año.

-Kate..Kate... ¡Despierta Kate!-

Desperté de golpe debido a que Samuel me agitaba para despertarme, no me di cuenta que me había dormido en el coche.

-¡No despiertes así imbécil!- dije dándole un pequeño golpe en el hombro.

-¡No es mi culpa que quedes en estado de coma al dormir!- se quejo Samuel apagando el coche -ya llegamos gruñona.

O Sobrevives... O Mueres...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora