Capítulo 8

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Me he pesado cinco veces y el estúpido número sigue siendo el mismo, al parecer subí un kilogramo, creí... Creí que estaba perdiendo peso y ahora gané un maldito kilo. Creo que ya no puedo evitarlo, cuento cada caloría y siento una culpa horrible cuando un bocado está bajando por mi esófago, sin duda ha sido la peor sensación que he tenido en mi vida; una parte de mi sabe que esto no es sano y que no está bien, que con el paso del tiempo sólo me causará daños, pero existe esta otra parte: La inconsciente e irracional. Esta parte de mi subconsciente me hace sentir bien contando calorías, me hace sentir increíble cada vez que los números de la báscula bajan y... Joder, esto probablemente me este matando, pero me hace sentir bien. Probablemente así sea la mejor bailarina de la clase y sólo entonces... Me sentiré realizada.
Era lo que hubiera querido mi madre: Que fuera una bailarina tan buena como ella.

Decidí bajar a la sala y buscar a Dallas, pero como le pedí que me dejara sola, efectivamente lo hizo. Tomo mi teléfono y le marco a Lucy pero sólo se escucha su contestadora:

"Hola, bebé. Lamentablemente estoy ocupada, pero deja tu mensaje

Maldición, yo quería salir con ella. 
Le marco a James pero pasa lo mismo que con Lucy, suena su contestadora:

"Ya sabes que hacer... Deja tu mensaje, bla bla lo que sea"

Quisiera llamar a Dallas pero tampoco quiero que regrese, no quiero tratarlo como mi juguete, necesito darle espacio. Tal vez este sea un laaargo sábado.

*****

Tengo todo listo, me compré un vestido blanco que me llega por encima de la rodilla, un collar de color azúl y tacones blancos, a Dallas le compré un traje nuevo y también compré dos anillos de oro que tienen grabado: "D&J" y también la palabra "friendship" En el patio trasero de la casa hay una pequeña mesa con un mantel blanco y arreglos florales, hay claveles rosas por todos lados, también está una alfombra color rosa, donde un "padre" espera, no hay nadie.

A excepción de Dallas y un pequeño que sostiene una almohada con los anillos. Dallas sonríe mientras avanzo hacía él. Pareciera que vamos a casarnos, tal vez así me sienta en mi boda: Ansiosa y realmente feliz. Supongo que nadie en la historia ha hecho algo tan loco como se me ha ocurrido, decirnos votos de amistad y jurar amistad por siempre, ¿Quién lo hubiera imaginado, no?

Al llegar junto a Dallas sostiene mi mano y la besa, sus ojos están cristalizados, no sé si va a llorar o no, pero le cuesta trabajo mantener la sonrisa, tomo su mano y la acaricio con mi pulgar.

—Te ves... —solloza—. Hermosa...

Limpia las lágrimas que comienzan a salir con el dorso de la mano, suspira y vuelve a sonreír con los ojos rojos, conteniendo las lágrimas. Quizás no fue buena idea hacer esto, ¿Él está triste por alguna razón? Yo... no lo sé

—¿Estás bien? —pregunto, él se límite a asentir y sonreír.

—Oye, hermano —interviene Jack—. Si estás llorando por tu soltería, no hay problema, no vas a casarte con ella...

Jack es como el mejor amigo de Dallas, son compañeros de la facultad de medicina y fue la única persona que aceptó ayudarnos con nuestra locura, ningún padre nos habría ayudado, además existen bodas reales, no como lo que estamos haciendo. Jack se puso unos jeans negros con unos converse negros desgastados y una camisa con saco, en la mano trae un libro grueso de medicina, que no es como la biblia pero creo que es suficiente para nosotros.

I'm StrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora