Capítulo V

56 5 9
                                    

Los pechos de ambos subían agitados entre humedad y cansancio, sus ojos paseaban a través de la deplorable ruina y sus corazones latian acelerados no sólo por la fatiga. Se encontraban en terrenos que bordeaban el ex río Paraguay, terrenos que con el paso de los años se habían vuelto deformados y difíciles de atravesar. Iban a un lugar en específico y era necesaria esa trayectoria.

Mientras ambos caminaban, el horror ante ciertas visiones no dejaba tranquila a Abigail que, a diferencia de Dave y tantos laedis, había desarrollado niveles casi normales de sensibilidad que se volvían molestosos con el embarazo. No le gustaba admitir su debilidad, pero no podía cambiarse a sí misma. Esa era su carga y molestia, su realidad y esencia, habían intentado crear un laedi sin embargo consiguieron una laedi. Y ese era el defecto, su sensibilidad, su manera de asumir horror, de sentir misericordia aunque sea en niveles bajos, de alguna manera su mas grande pecado fue sentirse humana y amar como lo hacían ellos, odiar y reprochar... se sintió siempre como una cruz, pero eso formaba parte ya de la antigua Abigail, la que buscaba desesperadamente ser una laedi.

Al desprenderse de varios caminos enredados -y llenar sus pulmones de un aire aguado por el río- el horror se disipo un poco. Habían dejado atrás los miles de escombros, las casas pintadas de tragedia y monotonía, las infraestructuras simples de un refugio improvisado y alguna muñeca sin dueña para llegar a su destino, el centro del refugio hominibus, o lo que quedaba de el al menos. Era muy diferente al resto de las casas pequeñas y monotonas, se trataba de una casa enorme que sin los trucos hominibus llamaría la atención a miles de kilómetros, pero así eran ellos, tan misteriosamente lograban ocultar lo que sea sin levantar sospechas en cualquiera que sea de raza humana, pero ni eso les había servido ante el Ejército de Laedis mandado por el Gobierno.

-¿Qué hacemos aquí? -preguntó por fin Abigail.

-Dicen que este lugar era algo así como el centro de su refugio -dijo Dave señalando el lugar- hablo de los hominibus, aquí hacían una especie de reuniones, al menos eso es lo que cuentan...

-¿Eso es lo que cuentan?

-Si, verás, yo estuve en el ejército, pero aun trabajando el la central operativa, había cosas de las que no lograba enterarme y es que, llegaron a mi rumores de cosas negras respecto al operativo aniquilación de los hominibus. -hizo una pausa para mirar a Abigail y contemplar su semblante, ella alzó las cejas en espera de que prosiga-. Supongo que sabes de que hablo ¿No?

Abigail sabía perfectamente a que se refería, abrazo más fuerte al la bebé recordando tiempos pasados, en los que siendo sólo una niña debía pasar sus días mirando desde la ventana de un laboratorio como aquellos nacidos humanos tenían padres, jugaban y reían mientras ella era castigada duramente por sonreír. Había experimentado en carne propia los asuntos "negros" de Azhlith y aun hoy le dolía su pasado como conejillo de la central operativa.

-Veo que sabes de que estoy hablando, lo siento Abi... El hecho es que hubieron archivos que desaparecieron, asuntos acerca de las características de esa raza que no nos comentaron antes de realizar semejante barbarie de la cual me arrepiento... Abigail no tienes idea de cuántas veces desperté escuchando las súplicas de niños que no querían ver morir a sus padres y hermanos

-Todo es doloroso para mi, y todavía temo por mi ya que no se como tomará el Gobierno mi renuncia al Ejército, he oído de soldados tan buenos que fueron ejecutados por renunciar... de igual modo no pude resistirme a hacer lo que hice, quiero que me entiendas. Todo lo que hago lo hago por la niña, no quiero que te ofendas Abigail pero realmente la amo, y si tomé hoy esta desicion de traerte a ti con la niña es porque las dos son importantes para mi, o mejor dicho las tres, si ya se que es una niña la que estas esperando -dijo Dave ante la sorpresa de Abigail- y quiero decirte la verdad ya que la otra vez vi algo en la niña que me asustó y me hizo darme cuenta que ya no podré ocultarlo por más tiempo.

Luces Apagadas [PAUSADA] {EN EDICIÓN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora