He permanecido a su lado desde mucho antes de que ella naciera. Me limitaba a observarla, protegerla, velar por su bien. Al principio no estaba muy seguro de mi tarea pero a medida que el tiempo pasaba, comencé a sentirme parte de ella. No podía verme, claro está, pero su voz que me rezaba cada noche me daba a entender que ella sabía de mí, que yo estaba a su lado. Poco a poco me fui entrelazando con esa voz tan dulce y sincera, no era nada sin ella y me sentía solo sin escucharla. Su sonrisa era lo único que levantaba mis ánimos, me llamaba, me hipnotizaba. Sus ojos verdes eran cautivadores y seductores que resaltaban de su piel blanca y brillante encajando a la perfección con su silueta esbelta, perfecta.
Tentadora.
Muchas veces me encontraba tratando de resistirme, pero ¿a qué? ¿Por qué? ¿A su voz? ¿Sus ojos o su cabello oscuro? ¿A su sonrisa? No comprendía lo que me sucedía, no comprendía por qué sentía estos extraños impulsos, ni el por qué mi corazón latía tan fuerte. Más fuerte que, incluso, cuando estoy en presencia del Rey. Era absurdo, ilógico y sin sentido. Ahora no podía separarme de ella. Dependía de poder verla y me deshacía en el deseo de poder tocarla, abrazarla y sentirla. Pero más que nada...Besarla. Sus labios me llamaban, hacían que me estremeciera y sentir algo extraño por todo mi cuerpo. Mi alma rogaba por ellos, daría mis alas por estar con ella y eso me asustaba. Lo único que podía hacer era observarla, escondiendo lo que sentía e incluso he llorado por las noches temiendo perderla algún día.
Entonces caí en la cuenta de algo...
Me había enamorado de ella.
Danel
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Lágrimas de un Ángel
RomanceUna flor se ha perdido. Entre los ángeles se camufló. Esa sonrisa entre tantas, se perdió. Sin vida. Se marchitó. El roce es tan frío. Cada espina acaricia feroz. Todo palpitar. Toda respiración. Entrecortada...su voz se apagó. Ángel, deja de llorar...