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Desperté empapada en sudor. Demonios, aún continuaba soñando ese tipo de cosas. Eché las colchas a un lado e impacientemente empiezo a buscar una salida. Vivimos en un 5to piso, la ventana no es una muy buena opción que digamos. Tomé un pequeño bolso donde arrojaba todo tipo de prenda que a este cupiese. Aún continuaba en pijamas y escuchaba como esos pasos se acercaban a la habitación, maldición debía apresurarme. Vacié el ultimo cajón de la poca ropa que tenía y la acomodé como pude, rápidamente arrojé el pequeño bolso bajo mi cama y justo antes de observar el movimiento de la cerradura, me adentré al baño cerrando la puerta a mis espaldas.

Encendí la ducha rápidamente, haciendo una perfecta simulación de tomar un baño. Dejé caer el agua por todo mi cuerpo, creo que apenas podía cerrarme de piernas...

Salí envuelta en mi toalla.

Me sobresalto por completo al sentir sus manos sobre mi cintura.

— Por favor, no otra vez.

Susurré para mis adentros.

Bruscamente tiró de la toalla y se apoderó de mi cuerpo. Lamió mi cuello con su asquerosa lengua, deslizándola desde un extremo a otro. Débilmente lo empujé y en un absurdo intento de escape clavé mi codo en una de sus costillas, recibiendo a cambio una fuerte bofetada de su parte. Gemí de dolor. Tiró de mis cabellos y estampó sus dientes en unos de mis pechos, me retorcí y apreté mis dientes con fuerza para resistir el dolor.

— ¡para, idiota!

Grité.

Me tiró bruscamente sobre la cama.

— ¡Cállate!

Ordenó.

Besó mis labios con desesperación, movía mi cabeza de un lado a otro para evitar sus labios, pero con cada bofetada que recibía me hacía más débil. Ya no sentía mis mejillas. De un ágil movimiento se deshizo de su ropa. Besó mi cuello dejándome pequeñas marcas allí, bajó a mis pechos y deslizó su lengua por todo mi abdomen. Se posicionó entre mis piernas y sin previo aviso entró en mi.

— ¡AAH!

Grité. Lágrimas bañaban mis ojos. Me penetraba con todas sus fuerzas y mientras más le rogaba con más ánimo lo hacía.

Un pequeño líquido salió dentro de mí. Nada parecido al semen, pura sangre. Me había echo bastante daño.

Se puso de pie, tomó sus cosas y antes de marcharse ronroneó un "vistete"

Me eché a llorar. Esta era una de las mil veces que había intentado abusar de mi. Esta era su maldita rutina, su maldito vicio.

***
Primer capítulo!
Espero que les haya gustado.
Espero que hayan muchísimos votos y comentarios.'❤
#marilynch9

Prohibido Enamorarse  | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora