Capítulo 1 - ¿Como era ella?

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Katy

Nunca nadie habría dicho que Emily habría llegado a quitarse la vida. Ni siquiera tenía sentido lo que había hecho. La gente, incluso meses después de que la noticia se hubiera sabido, seguía sin entender como la dulce joven que había pasado todos los veranos desde los ocho años hasta los dieciséis vendiendo limonada frente al jardín de su casa para pagarse unos buenos estudios, que había recaudado fondos para intentar mejorar la situación de la salamandra tigre oriental en peligro de extinción en la zona de nuestro pueblo, y que había ayudado a recolectar dinero para ampliar los servicios de nuestra biblioteca, había decidido dejarnos.

En fin, nadie nunca habría pensado que una bella persona como ella se sentía mal hasta el punto de tirarse desde el deteriorado puente junto al lago a un par de kilómetros de nuestra localidad y dejar de respirar.

Como he dicho, nadie sabía nada y nadie supo nada.

La gente tenía preguntas, la mayoría de las cuales ni siquiera su mejor amiga sabía responder, porque, ¿como se me habría podido ocurrir que ella sentía eso, que prefería morir antes que seguir respirando aire en este mundo?

Alguien dijo una vez que la gente no muere por el suicidio, si no que muere por la tristeza; tal vez eso es lo que le pasaba a ella, tal vez Emily creía que sus pesadillas nunca se irían y que preferiría que nunca la despertaran antes que poder llegar a perder sus sueños.

Aún así, seguía sin entender porque quitarse la vida, porque dejarse ir, porque saltar e impactar contra las frías aguas del lago, porque abandonarme, porque dejar de respirar.

Un escalofrío recorrió mi espalda al recordar esas palabras: dejar de respirar; eso es lo que le había pasado, lo que la gente decía que se había hecho, sus pulmones habían dejado de ejercer su función y el oxígeno había dejado de circular por su sangre, haciendo que se desmayara durante unos segundos al principio, pero no impidiéndole nadar hasta la superficie. Había sido su elección, había decidido ella sola abandonar a sus padres, a su hermano y a su mejor amiga.

O al menos, eso es lo que se decía en Grove's Hills. Que yo me lo creyese era otra cosa. ¿Y de verdad lo hacía? Por supuesto que no. Si era así, ¿porque no estaba haciendo nada al respecto? Solo necesitaba tiempo para saber como hacerlo.

Porque si había algo que sabía era que todo estaba borroso, excepto los sentimientos, que se hacían más reales día tras día.

NO ME DEJESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora