Miré por quinta vez el reloj en menos de diez minutos, ya había anochecido, solté un suspiro frustrado y mi corazón saltó cuando por fin escuché sonar el timbre de la casa. Lo primero que vi tras abrir la puerta fue la silueta de Ariana quien en sus brazos cargaba a nuesta hija.
"Hey..." saludó. "Siento llegar tarde"
"Oh no, está bien, solo házmelo saber si ocurre un imprevisto la próxima vez" Intenté sonreír, en momentos como este siempre lo hago.
"Lo haré" dijo suave. "Uhm... ¿Dónde la dejo?" Encogió sus hombros señalando a Elizabeth, "Se ha quedado dormida y después de lo que me costó lograr eso, definitivamente no quiero despertarla" asentí y permití que pasara.
En silencio caminamos hacia mi habitación, en la cual estaba la cuna de Elizabeth. Cuidadosamente Ariana la depositó en su colchón rosado, la cubrió con su manta y sus peluches y finalmente quitó el gorro de algodón que cubría su cabeza.
"Adiós princesa" besó la frente de nuestra pequeña de dos años y tres meses de edad y le acarició su mejilla. Se incorporó para mirarme, antes de hablar carraspeó su garganta. "Tengo que ir a buscar su bolso al auto" murmuró, intentando no despertar a Beth.
"Bien" asentí. "Yo me quedaré aquí, ya sabes, no la he visto hace unos días" miré a la pequeña que dormía plácidamente en su cuna, ajena a lo que pasaba a su alrededor y a cuánto la había extrañado, también ajena a lo que Ariana y yo teníamos que sobrellevar en estas situaciones desde que decidimos seguir caminos separados.
Ariana bajó las escaleras y fue a su auto seguida por mí que sólo la acompañé hasta la puerta principal, esperándola apoyada en ella. Al volver al umbral, yo sabía que tenía que irse, ella sólo vino a dejar a Elizabeth pero cuando la tuve frente a mi pude darme cuenta de lo mucho que aún la quiero, y su mirada fija en mi quizás, por alguna razón, me hizo pensar que esto aún no se ha acabado.
"Bueno, ten el bolso" me lo entregó y se aseguró que quedara firme en la palma de mi mano. "Te veo en unos días, supongo" vaciló.
"Claro, en unos días..." le di la razón. "¿Estás... feliz porque ya no será una semana?" pregunté, intentando con todas mis fuerzas retenerla por más tiempo.
"La verdad, sí, ella es todo lo que tengo ahora y estar a su lado es todo lo que quiero" respondió con un brillo en sus ojos, por un instante recordé cuando ese brillo era dedicado y provocado por nadie más que por mí. "Bien... te veo en un..."
"¿Quieres quedarte a cenar?" interrumpí. "Cociné unas pastas, considero que he mejorado a lo largo de estos años" informé con una media sonrisa a la madre de mi hija.
"Lo agradezco" dijo suave. "Pero de hecho, me están esperando en casa" rechazó. "La próxima vez quizás pueda y,"
"No, está bien" la interrumpí. "No sé en qué estaba pensando de todas formas" bajé la mirada avergonzada. Supuse que pasaría, nunca debí preguntarlo, sabía que haría sentir incómoda a Ariana y arruinaría la relación que tanto nos ha costado establecer desde nuestra ruptura. "Lo siento" aclaré. "Hablé sin pensar"
"No digas eso" me detuvo. "Al menos me alegro que aún recuerdes lo mucho que me gustan las pastas" me calmó dándome una sonrisa tranquilizadora. "y que hayas mejorado, fue una meta que ambas nos propusimos y yo sabía..." se detuvo, desvió la mirada y soltó un suspiró para impulsarse a continuar. "sabía que lo lograrías, porque debo decir, aun pido que descansen en paz todas las ollas y servicios que botamos a la basura gracias a ti después de haber quemado tantas pastas al punto de fundir un horno" recordó soltando una risa.
"Dios mío, Ariana, eras tú la que me distraía" reí. "No dejabas de besarme y abrazarme, es una culpa compartida" la miré riendo.
Luego abrí los ojos y mi risa cesó, dándome cuenta las palabras que torpemente había soltado sin darme cuenta.
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One Shots (Ariana Grande y tú)
FanfictionPequeñas historias de Ariana Grande para tu corazón, eres bienvenid@ a leerlas, y quizás reír y llorar con ellas. Espero las disfrutes porque las escribo con mucho amor ❤