Capítulo 16: Ataque

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Capítulo 16:
Ataque

Abandonamos el recinto principal de la academia para sumergirnos en las áreas boscosas

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Abandonamos el recinto principal de la academia para sumergirnos en las áreas boscosas.

—¿No me dirás a dónde me llevas?

—No. Ya lo verás con tus propios ojos.

Cada vez nos alejamos más de la academia en sí, yendo más al interior del bosque. Por momentos tengo la sensación de que soy observada, por lo que casi cada cinco minutos miro el camino que dejamos atrás; no hay nada que nos siga, y aun así esa sensación no desaparece. Es como ese día en el boulevard. Intento relajarme, si alguien estuviera siguiéndonos ya Romina se hubiera dado cuenta, pero eso no me calma. Y miro atrás de nuevo.

—¿Pasa algo? —la voz de Romina me sobresalta. Y de mis labios se escapa un grito ahogado.

No sé si es que estoy paranoica, o ha sido real, pero juraría que vi la sombra de alguien deslizarse entre los árboles. Respiro.

—Creo que vi a alguien que nos sigue —digo tratando de no demostrar el miedo que me ha dejado sin respirar.

Ella escudriña la zona con la mirada, y niega.

—No hay nadie, Dess. ¿Estás segura de que viste a alguien?

—Eso creí, pero si tú dices que no hay nadie...

—Mejor nos apuramos, el combate ya va a comenzar y te lo vas a perder. —De un segundo a otro, todo se vuelve un visaje, pero la sensación de que me observan sigue estando allí en alguna parte. Cuando la vampira me deja en el suelo nuevamente, todo me da vueltas. Ella me ayuda a sentarme, mientras se me pasa el mareo.

—Ya ha comenzado —dice con euforia—. ¿Te encuentras bien?

—Aún no. —Me sostengo la cabeza—. Solo veo como dos cuerpos se enfrentan... en el aire. —Obligo a mis ojos a ver claramente lo que ocurre. Romina ríe a mi lado, al principio pienso que es por la locura que he dicho, pero cuando por fin mi visión es clara, me doy cuenta que no, el enfrentamiento se está llevando a cabo en el aire. Lo que me recuerda a Gabriel llevándome por los aires y luego soltándome...

—No puede ser —digo impresionada, qué digo, esto va más allá de la impresión. Se mueven tan rápido.

—Son Gabriel y Dimas —dice la vampira sin quitar la mirada de las dos figuras que luchan en el aire.

—¡Esas cosas brillantes son alas! —Aunque ya había visto a Gabriel, sigue siendo algo increíble.

—Sí. Muy pocos argeles tienen alas, en realidad nadie sabe por qué algunos las tienen y otros no, es un misterio —explica muy entretenida.

—¿Cuántos hay en la academia? —pregunto.

—Aquí en la academia solo están ellos dos y una chica llamada Sandra. Los demás no poseen alas.

Renacer. Luz de Medianoche (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora