Proyecto: San Valentín 2016 || L.S ONESHOTS || ElCartelDeLarry

"Cocoon" - BrookeBarleth

Nota: Espacios hechos una mierda, no es mi culpa. Esto: /// separa lapsos de tiempo y esto -///- personaje narrado. (hay una foto en multimedia re kul, MIRENLAN)

Louis intentaba siempre ser igual: Dedicarles tiempo a sus amigos -aunque no sea en persona-, hablar frecuentemente con sus padres –aunque ellos lo ignoren-, vestir el mismo estilo de ropa normal y ver el mismo tipo de películas bobas que lo hacen soñar los mismos sueños. No es que él pensara que el cambio era malo, pero un pequeño cambio puede provocar una repercusión enorme.

Mudarse a los trece años, dejar a sus amigos, hacer nuevos, mudarse de vuelta tres años y medio después, y sentir que ya no perteneces, hizo una pequeña perforación oscura y pútrida en su corazón. Él escondía sus tristes sentimientos con sonrisas y tabaquismo a hurtadillas desde su ventana a las 2 de la mañana.

Mientras el chico de 16 años -y medio- recogía la ropa sucia de su habitación, sintió como su móvil vibraba en su bolsillo. Dejando su canasta con ropa maloliente sobre la cama, reviso el mensaje de texto de uno de sus amigos.

Liam:
Hey, ¿esta vez si estas libre? Niall estará, Josh y Hannah. Solo faltas tu :)

Liam era uno de sus amigos de la secundaria, de los pocos con los que aun sigue en contacto.

Cada dos semanas, sus amigos en común se reúnen en un restaurante/pub. Louis no ha ido a ninguna de las reuniones, siempre se excusa con pretextos cada vez menos creíbles y no es que él sea asocial, pero ir a un lugar tan diferente a los que el acostumbra es como un brinco en el cambio.

Si, era un pensamiento paranoico, pero si piensas en las posibilidades y miles de alternativas que se crean solo por una pequeña decisión como ir a un pub, te das cuenta de que es verdad. Aun así, Liam tenia paciencia eterna y siempre lo invitaba.

Louis decidió que primero terminaría sus deberes y después contestaría el mensaje con una disculpa un poco más original que la anterior.

Llevando la canasta de ropa sucia bajo su brazo, bajó las escaleras y se encontró con sus padres sentados en la mesa del comedor revisando documentos, ambos tenían el ceño fruncido y lucían muy estresados. No le dio importancia y después de meter sus prendas a la lavadora se acercó con su madre, esta releía las hojas con cifras y anotaba cosas en una pequeña libreta a su lado.

— Mamá... Liam me invitó a salir con él y amigos a un restaurante y yo no se si-

— ¡Louis! — Gritó su madre interrumpiéndolo. Louis se sobresaltó e instintivamente dio un paso hacia atrás. La mujer se froto la sien — ¿Qué no ves que estoy ocupada? No molestes ahora y vete.

Su madre hacia movimientos violentos con su mano, su padre del otro lado de la mesa, con su profunda voz le gritó que cerrara la maldita boca. En poco tiempo ellos dejaron los papeles de lado y empezaron a gritarse cada vez más, peleando por sus faltas, sus necesidades, las cosas que le desagradaban del otro, peleando en nombre de Louis sin derecho alguno. De repente su hijo se volvió la mota oscura en una pintura, el pequeño defecto o suciedad en una fotografía. Estaba ahí, y elegían no verlo. El adolescente odió que sus ojos lagrimearan, odió que su familia haya cambiado y odio haberle enviado un mensaje a Liam donde aceptaba la invitación.

///

    Horas más tarde los cinco amigos estaban en una mesa rectangular de seis personas, todos habían ordenado una cena sencilla con vino tinto y cervezas en tarro, excepto Louis, que pidió una de botella. Dándole la espalda a la barra y mirando los perfiles de sus cuatro amigos, se sintió fuera de lugar, como un extraño entre conocidos. Cuando eran más jóvenes, él era el bebé del grupo, por ser un año menor que todos y eso aparentemente no ha cambiado. Ver el vino lo mareaba, le desagradaba que eso fuera lo que creara una línea más marcada entre ellos y él.