Capitulo uno: Una nueva casa

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Londres, nuestro nuevo hogar. Elizabeth bajo las maletas que no estaban pesadas y papa bajo el resto. Llegamos a nuestra nueva casa... Papa abrió la puerta de la casa; estaba en un fraccionamiento muy amplio, con muy pocas casas, la nuestra era la mas grande, me alegraba y a la vez me aterraba.
Entré dando pasos lentos pero seguros; se sentía mucho frío cuando entre, había unas bolsas de plástico cubriendo los muebles y los sillones. Encontré las escaleras y subí lentamente por ellas hasta llegar al segundo piso. Había un pasillo largo y había 3 habitaciones; la de la derecha era un cuarto amplio y con una enorme cama en el centro, un escritorio y una televisión. Cerré la puerta lentamente y me dirigí a la segunda habitación; cuando estaba a punto de abrirla unos brazos sobre  mis hombros me sorprendieron e hicieron que soltara un pequeño grito. Era papa.

Papa:
Ya viste tu nueva habitación Anne?

Anne:
Aún no papa. Es esta o es la otr....

Fui interrumpida por unos gritos.

Elizabeth:
Aaaaaaaa!!! Alejandro!!! Auxilio, auxilio!!! Por favor!!!
Una rata!!! Una asquerosa rata!!! Alejandro, ven y saca a esta asquerosa rata de la cocina!

Mire a papa aguantándome la sonrisa entre dientes; papa me miro de igual forma y bajo corriendo las escaleras.
Cuando papa ya estaba abajo me asome por el barandal y  pude ver a Elizabeth sobre una silla de madera.

Papa:
Elizabeth esa rata esta muerta; no te comerá! Por que exagerar!

Elizabeth:
Ja, yo; yo nunca, escúchame bien, yo NUNCA EXAGERO!! Me entendiste.

Papa:
Entonces como explicas el ver una rata muerta y tu estar trepada en una silla gritando como una loca; Estoy totalmente seguro de que no se va a parar, esta tiesa.

Y blah blah blah...... No paraba de alegar... En fin; pasaron como 5 minutos después cuando papa volvió a subir las escaleras y me vio con una cara de alegría.

Papa:
Ahora si quieres ver tu cuarto? Pregunto con una sonrisa en su cara.

Anne:
Claro papa.

Mi papa abrió la puerta lentamente y tenía un piso como si fuera de madera, una cama matrimonial, un escritorio de cristal con hojas blancas y de color, muchos lapiceros, colores y todo, absolutamente todas las cosas que adoraba!; además tenía un hermoso ropero chocolate, mi propio baño con un jacuzzi y una television grande

Anne:
muchas gracias papa esta hermoso

Papa:
Todo para mi princesa.

Desde que mama murio, mi papá me brindó el amor que mi madre me hubiera brindado y el que Elizabeth no me daba.

(...) en la noche...

Papa:
Que descanses mi princesa, mañana me iré a trabajar desde muy temprano, y no creo alcanzarte a ver, pero quiero que sepas que te amo.- termino de decir y depositó un gran beso en mi frente.

Anne:
Gracias papa, eso lo tengo mas que claro.

Se alejo de mi y salió de mi habitación; quedo una luz encendida en mi cuarto, pues aun le temía por ser una casa nueva.

Cerré mis ojos y me quede dormida.

Dame una razón para vivir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora