Dame una razón para vivir.

Capitulo dos: Nueva escuela

Sentí agua helada que corría por mi cara haciéndome despertar casi al instante. Abrí los ojos y la luz del techo me encandilo al momento que abrí mis ojos.
Elizabeth:
Ya levántate holgazana, vas a llegar tarde a tu primer día de clases.

Anne:
Por que me mojas Elizabeth?! Tan fácil que sería despertarme con un movimiento o con unas palabras, como lo hacia mama.

Mama siempre me levantaba con un gran beso en mi mejilla mientras acariciaba mi pelo, siempre me decía que mi cabello era de oro.

Elizabeth:
Escúchame muy bien mocosa, porque no pienso repetirlo dos veces; yo nunca te tratare como te trataba tu madre porque yo no lo soy ni quiero serlo, así que párate y vístete ya.

Anne:
Nunca lo serás, nunca podrás reemplazar el amor que mi madre SI me daba. NUNCA OCUPARAS EL LUGAR QUE MI MADRE DEJO- grite con todas mis fuerzas y sentí una gran bofetada sobre mi mejilla izquierda...

Elizabeth:
A mi no me vuelves a gritar mocosa- dijo ella mientras yo me sobaba mi mejilla y unas lágrimas la recorrían.

Anne:
Aún no puedo creer como mi padre pudo fijarse en una persona tan mala y egoísta como tú- dije en un susurro casi inaudible.

Elizabeth salió de mi habitación azotando la puerta a lo que yo me pare  y comencé a buscar mi uniforme.

(...)
Me peine de una coleta y un moño azul, ese moño me lo había hecho mi mama de pequeña, me dijo que siempre que me sintiese insegura lo usara. Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina; como sabia que Elizabeth no movería ni un popote por mi, ni se preocuparía por darme de comer, me prepare un sándwich y tome un jugo de manzana de la alacena. Lo puse en mi mochila y salí de casa. La escuela no estaba tan lejos así que me fui caminando; eran las siete de la mañana y entraba a las siete y media, hacia mucho frío y llevaba mi falda de día escolar. Pase dos cuadras y llegué a la escuela, se veía linda. Entre; no sabia donde era mi salón ni que tenía que hacer o a donde tenía que ir, nada, absolutamente nada, pues la egoísta de Elizabeth ni siquiera se molesto en acompañarme a la escuela; una maestra, que al parecer era la directora del plantel, me tomo de los hombros y me dijo:

Directora:
Hola corazón, yo soy la directora, me llamo Annet.- cuando termino de decir eso, mis ojos amenazaban con dejar caer esas gotitas de agua salada llamadas lágrimas, mi madre se llamaba Annet, por eso me puso Anne.

Anne:
Mucho gusto directora, yo me llamo Anne.- dije secando las lagrimas que recorrían mis mejillas.

Directora:
Pero que pasa corazón, por que lloras?-me preguntó con la voz mas dulce que tenía

Anne:
Solamente un recuerdo muy triste maestra.- dije mientras recordaba el accidente automovilístico donde murió mamá.

Directora:
Quieres platicar sobre eso?

Anne:
No directora, muchas gracias, pero no me quiero sentir mas triste.

Directora:
De acuerdo corazón, pero siempre que necesites a alguien para platicar, yo siempre estaré ahí. Quieres que te dirija a tu salón?- preguntó con una media sonrisa en la cara

Anne:
Si maestra, por favor!

Caminamos por un largo pasillo donde había muchas aulas a los lados y en las paredes de estas, unos 40 casilleros por pared.
Había un numero "E1"

Anne:
Maestra donde estamos?- pregunte curiosa al ver ese número.

Directora:
En este salón te aplicarán tu examen diagnóstico para saber tu coeficiente intelectual y poderte poner en un salón adecuado a tus resultados.

Anne:
Como es eso maestra?- pregunté

Directora:
Mira, si en tu examen sales abajo de seis te pondré en IA, si sales arriba de ocho, te pondré en IA+ y si sales con diez perfecto te pondré en IA++ o inclusive podría ver la posibilidad de que solo estudiaras un semestre de primer grado y prepararte para segundo grado el semestre restante, claro si así tu lo deseas. Pero eso casi nunca sucede, solo una ocasión paso, con un niño alemán que realmente era un genio; ese chico si que me dejo con la boca abierta. Pero en fin, hay que pasar para que elabores tu prueba y en una hora me den los resultados paras que puedas ubicarte en tu salón correspondiente.