Yo te prestaré mis ojos maestro.

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Es increíble como en tan poco tiempo nosotros dos pudimos hacernos tan amigos. Le presenté a mi amiga Alicia, y Jimin, mi ahora mejor amigo, pareció haberle caído muy bien a ella. Todo marchaba genial.
Jimin y yo quedábamos cada tarde para hacer los deberes y después jugar un poco al juego preferido de Jimin. Al que puso de nombre:
La venda blanca.
Él vendaba sus ojos con un pañuelo y los dos cogidos de la mano, junto con Yoko salíamos a pasear por la calle.
Yo le decía mis trucos para no pisar nada, y le decía cuando era seguro y porque cruzar una calle. También le enseñé un poco el lenguaje de ciegos, y le mostré algunos libros, que él se llevaba a su casa para practicar y después poder leerme cuentos.
Le costaba bastante la verdad, ya que aprenderse todas las letras en tan poco tiempo es bastante complicado, pero Jimin se esforzaba mucho.
Pero el "maestro" como él solía llamarme, no solo soy yo.
Ya que Jimin me ha enseñado que me debe de importar una mierda lo que piensen los demás de mi. Siempre había intentado alejarme de los demás y no hablar mucho con nadie, para que no se rieran de mi discapacidad. Pero con él fue tan distinto...me impresionó la manera en la que me habló e indagó en mis sentimientos. Él supo adentrarse muy dentro de mi. Pero sin pasar por mis ojos, él entró directo por mi corazón.
No se fijó en mi defecto, me enseñó que lo que yo siempre había querido poder ver: lo físico de las personas con las que hablaba. No es lo más importante. Me enseñó y me sigue enseñando que lo verdaderamente importante es lo que está dentro de nosotros. Y que eso pocas personas son capaces de encontrar.
-Por eso Tae, yo cada día me pongo esta venda, sin importar lo que piensen de mi las personas que me vean por la calle. Porque este pañuelo insignificante que tapa algo a lo que hasta hace poco yo llamaba "parte vital de mi cuerpo" me enseña a fijarme en lo importante de una persona. Y me recuerda que lo mejor de esta vida es estar vivo. Y que tenemos más de un sentido. Así que porque nos falte uno de ellos no es el fin del mundo.
-Jimin, lo mejor que me ha podido pasar a en esta vida es que hayas venido a compartir la venda que yo llevo puesta en mis ojos. No te importa carecer de algo que la mayoría de gente cree esencial. No creo que sepas cuanto significas para ...
-Tae...tus ojos...están llorando.
-Solo están soltando lo que por tanto tiempo han callado.
Jimin estiró sus manos hasta rozar con cuidado mi cara apartando las lágrimas de mis ojos. Empecé a notar el sabor salado que estas tenían. Mi oído especialmente agudizado captó el sollozo que Jimin emitió débilmente.
-Si haces eso mojaras el pañuelo...
-Tae...¿Me dejas volver a aprender?
-Pues claro. Son todo tuyos.
Y agarrando sus mejillas lo besé tiernamente, saboreando cada pequeño beso que él iba dejando en mis labios. Su piel tan suave, su cabello por el que pasaba mis manos tan liso.

Después de ese día mi mejor amigo pasó a ser mi novio, y lo mejor es que nos daba igual lo que nos dijera la gente porque nuestra venda tapaba sus comentarios y rechazos. Cada día yo me convertía en su maestro y el se dejaba enseñar perfectamente.

Una Venda Blanca ❤VMin❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora