Era Lunes, el primer día del nuevo trabajo de Harry y Louis.
Harry había estado muy nervioso el fin de semana, se pasó todo el día pegado en la computadora buscando tips para cuidar a un bebe, como tranquilizar su llanto y como limpiarle los pañales. Nunca había cuidado a un bebe de verdad. Y tampoco arrullar a sus osos de peluche contaba. Se puso unos jeans oscuros, una camisa blanca, una chamarra gris, un beanie azul y partió hacia el hogar de la señora Coleman.
Por otro lado, Louis, no se preocupo por nada, ya que su plan era dejar a Harry con todo el trabajo mientras tanto el podría ver la televisión, fumarse un cigarrillo y comerse todo la comida que hubiera en el refrigerador de la señora Coleman. Ya se lo estaba imaginando un mes sin hacer absolutamente nada y la recompensa sería bastante buena. Se vistió rápidamente, no se cambio la ropa del día anterior solo cambio la chaqueta por una de cuero, tomó una cajetilla de cigarros y caminó hasta su próxima recompensa.
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Harry se sorprendió al ver la casa, era enorme, similar a una mansión, su madre no le dijo que aquella familia contaba con tanto dinero. Toco el timbre de la casa y observó con detenimiento la entrada (cosa que hacía con mucha frecuencia), la puerta era de caoba y sobre la puerta había un marco que decía: "Los momentos que pasas con la gente que amas, son los más felices y placenteros" sonrío la frase tenía razón los mejores momentos los había pasado con su familia. De repente una mujer abrió la puerta, era baja de estatura y rechoncha pero tenía un rostro amable y amoroso.
– ¿Eres el nuevo niñero de la pequeña Darcy? –preguntó amablemente mirando al chico de cabello castaño e intensos ojos verdes.
– S-sí, mi nombre es Harry, Harry Styles –respondió Harry mientras estrechaba la mano de la encargada de la casa.
– Mucho gusto, joven Styles. Mi nombre es María pero puedes llamarme Mary. Soy la encargada de cuidar la casa, hacer la comida y mantenerla limpia. Mi trabajo empieza a las siete en punto y termina a las ocho. Puedo ayudarlos si necesitan consejos para cuidar a la niña Daisy pero por la noche ustedes deben hacerse cargo –Maria le enseño a Harry todas las partes de la casa, incluyendo la habitación donde se quedaría por un mes entero
– ¿Por qué hay dos camas, en esta habitación? –Harry estaba confundido, Maria lo miro sorprendida.
– La señora Coleman me informo que hay dos niñeros, tu y él tendrán que compartir habitación –Incomodo con la situación, le agradeció la información a Mary y comenzó a ordenar sus prendas.
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Louis llego una hora después a la casa, se había encontrado con sus amigos y anduvo tomando con ellos, riéndose y compartiendo anécdotas. Todavía estaba algo borracho.
Toco el timbre unas cuatro o cinco veces, cuando una mujer salió de la casa con el rostro furioso.
– Jovencito no es necesario que toque el timbre tantas veces, puede dañarse. Seguramente es Louis Tomlinson, su madre me hablo de usted. Irresponsable y rebelde. – chasqueo la lengua y le dirigió una mirada recriminatoria –. Aquí tendrá que comportarse por el bien de la pequeña Darcy.
– Como sea, quiero que me lleve a mi maldita habitación, estoy muy cansado – el mareo comenzaba a hacerse presente en su cuerpo y la cabeza le daba muchas vueltas.
Maria evito pelearse con Louis, aunque no le había agradado mucho, sin embargo Maria estaba encantada con Harry, era respetuoso un poco tímido y muy guapo. Debía admitir que Louis también lo era pero su comportamiento arruinaba todo. Dejo de pensar en aquellos chicos y continuó con su trabajo.
Louis llegó a su cuarto no había absolutamente nadie se tiró sobre la cama y trato de conciliar el sueño. Un sonido lo despertó y fue entonces cuando vio a Harry parado en la puerta del baño con una toalla blanca alrededor de la cintura, su musculoso cuerpo estaba adornado por tatuajes a blanco y negro, cuando Harry notó la mirada de Louis se sonrojó.
Louis no podía apartar la mirada de Harry, era tan hermoso, como un ángel. Pensamientos surgieron en la mente de Lou, imágenes en las que acariciaba a Harry, lo abrazaba entre sus brazos... pero todo era culpa del acolcho ingerido. Sacudió la cabeza y se sentó en la cama.
– ¿Qué haces aquí? –preguntó Harry. Tomando un par de boxers de su armario y poniéndoselos deprisa por debajo de la toalla blanca.
– Es mi habitación y al parecer también la tuya.
– ¡Puedes irte me estoy cambiando! –Louis seguía acostado en la cama sin inmutarse ni un poco, en cambio Harry estaba avergonzado
– Vamos no hay nada que quiera ver – Las palabras de Louis lastimaron a Harry y no supo por que, lo hizo sentirse mal.
– Vete ahora mismo, Tomlinson –la voz de Harry se levantó lo que sobresalto a Louis quien caminó hacía a el.
– Es la ultima vez que me hablas así, Styles. Hago esta mierda por mi madre no por que me importe la maldita niña – Enfurecido Lou cerró la puerta y dejó a un humillado Harry en la pequeña habitación.