Mansión de Youtube 2

Capítulo 43

P.O.V Ginger:

-¿Y por que no me lo dijiste?-pregunto Zarcort

Yo misma busque todo lo que paso, tuve que detener a Ruben cuando empezó a besarme, por eso gane que Zarcort me odiase y se fuera a París con una chica que apareció misteriosamente en el hall de la mansión.

Ya ha pasado dos semanas desde eso no he salido de mi piso, no he visto a ninguno de los chicos, ellos siempre vienen y me dicen que están muy preocupados, que salga, pero no quiero, tampoco he subido vídeo a Youtube, el señor Lopez ya me ha dicho que si no subo vídeo a mi canal tengo que irme, y eso ya lo tengo planeado.

Mis padres me ayudaron a comprar un piso en un edificio en el centro de Madrid, en unas horas llegara mi padre que me ayudara a llevar mis cosas a mi nuevo piso, y ir a Ikea a comprar algunos muebles para mi piso.

No le he dicho a nadie que me voy, pero pronto se enterarán, pensé en irme en la noche, pero necesito ir a Ikea y comprar una cama, ya que no me gustaría dormir en el suelo.

Mi móvil empezó a sonar, mire la pantalla y era un mensaje de mi madre diciendo que estaba fuera, cogí mi maleta y una mochila con todas mis cosas materiales, mire por ultima vez la habitación y salí, en el salón estaban los chicos y al verme se acercaron.

-¿Donde vas?-me pregunto Porta

-Me iré, dejare Youtube y no tengo nada que hacer aquí-

-¿Por que?-

-Yo no estoy para este mundo, chicos lo siento en verdad, si quieren podemos estar en contacto-

-Mmm...-

-Vale-dijeron todos en coro

Me despedí de todos, fue muy duro, ellos en verdad son verdaderos amigos, me acompañaron hasta el hall donde estaban Lana, Luzu, Guille, Vegetta, Ruben y Mangel.

-¿Ginger? ¿Que pasa? ¿Donde vas?-pregunto Lana

-Lo siento Lana, me iré-

-¡¿Por que?!-Lana, Ruben y Vegetta se acercaron

-Dejare Youtube y no tengo nada que hacer aquí-

-¿Donde iras?-pregunto Ruben

-A un lugar en el centro de Madrid-

-Pero no nos puedes dejar-dijo Vegetta

-Lo siento, estamos hablando chicos-

Me despedí de cada uno, y de ultimo Ruben, a el le di un papelito con la dirección de mi nuevo piso, el sonrió y salí de la mansión allí estaban mis padres que al verme me abrazaron ya que llevo mucho sin verlos.

Pase la tarde en Ikea, mi padre se quejaba, pero mi madre y yo estábamos como dos niñas en una tienda de dulces, nos gastamos no se cuanta pasta, tanto que tendré que buscar un trabajo.