La fría noche fue más extensa de lo que pensó... Y como lo esperaba, no pudo dormir bien.Aunque quisiera quedarse todo el día en su cama, sabía que no podía hacerlo, tenía que asistir a clases, tenía que seguir adelante...
Llegó la hora de ir a la universidad. Es lunes, y la oscuridad en el cielo, se había desvanecido con el brillante y leve sol de otoño.
Sasha estaba a punto de atravesar la gran puerta de la mansión, que previamente fue abierta por Elliot.
—Señorita Sasha... No desayuno.— Articula en ese tono apocado, el joven rubio.
—No importa, ya comeré algo después.—Despreocupada terminaba de abrocharse su abrigo negro.
Ya en sus ojos era notable el desvelo que había pasado, noche tras noche. Lo que a Elliot le preocupa de sobre manera, que aún sabiendo que solo es el mayordomo, se atreve a preguntar...
—Señorita Sasha... ¿No esta durmiendo como debería?— Se acerca un poco más sin romper su porte elegante, mirando sus dorados ojos.
—¿Qué?.. No... Es decir, sí, estoy bien, no... I-Importa.— Titubea al bajar su mirada quedando pensativa y seria.
—...— No muy convencido de su respuesta, suspira, para luego observar como abotonó desordenadamente su abrigo, seguro a causa de la falta de descanso, que era obvia- Si tiene algún problema, dígamelo por favor.— Pronuncia con un tono casi inaudible al acercar sus manos hacia ella, para desprender los botones de su abrigo y asegurarlos correctamente.
—¿Dijiste algo?— Cuestiona observándolo extrañada, al no haber entendido ni escuchado bien lo que dijo.
—No, no es nada importante.— Dice con voz clara, al enderezarse y verla con una leve sonrisa.
—¡Como sea, debo irme ya o llegaré tarde!— Sale apresurada yendo hacia la limusina que la esperaba.
— (Luce muy cansada y triste, todo el tiempo... ¿Qué es lo que tanto la agobia? Que hasta le roba el sueño...)— Se cuestiona en su mente al fijar su mirada en ella, viendo como se marcha.
— Elliot.. ¿Qué haces?— Se escucha la voz de una chica detrás de él que interrumpe sus pensamientos.
—Stacy.— La nombra al girarse a verla.
Era una joven chica, con un rostro muy similar al de él, también de blondo cabello, el cual siempre arreglaba en dos largas trenzas que dejaba ver al frente, poseía unos brillantes y grandes orbes esmeraldas, vestía como sirvienta, era su hermana gemela.
—Nada..— Responde Elliot en seco y camina pasando por un lado de ella.
—¿Cómo que nada? Si acabo de ver como la mirabas.— Se cruza de brazos molesta, viéndolo— ¿Siempre estas pensando en ella no?
—...— Detiene su andar al escucharla y adopta un rostro serio sin voltear a verla, solo le da su espalda.
—Elliot...— En un tono mas suave se aproxima a él y posa su mano sobre su hombro— Te he dicho que la olvides, solo eres un sirviente, nada más... ¿Realmente crees tener oportunidad?— Susurra mirando sus rubios cabellos.
—... —A pesar de que encuentra las palabras adecuadas en su mente, prefiere callar.
—...—Suspira dejando su hombro, para posicionarse frente a él y ver su rostro, colocando sus manos en sus mejillas delicadamente— Oye... Soy tu hermana, y tú eres mi única familia, solo quiero verte feliz, no sufrir... ¿Entiendes?— Le sonríe mirando directamente sus ojos.