Capítulo 2 (parte 1)

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"Y hoy iras a la fiesta?" Icia saco el humo formando una onda uniforme.

Di otra calada a mi cigarro. "Si, Mateo dijo que nos llevaría a mi y a mi compañera de cuarto."

Miró hacia mi de repente imitando exactamente la cara pervertida del whatsapp. "Uuuhhh"

Rodé los ojos mirando a mi pitillo casi terminado. Di una última calada, embriagandome del poder calmante que la nicotina ejercía en mi cuerpo. Deje caer la colilla de entre mis dedos índice y corazón. Con ayuda de la pared de piedra del internado, me impulse para ponerme en pie y tendi la mano a mi amiga. Sonó el timbre que indicaba el final de nuestro castigo y por las escaleras de incendios volvimos al pasillo del principio. Nos despedimos con un beso hasta la fiesta y me diriji a mi habitacion. Abrí la puerta de la que colgaba el cartel 211, dejando ver a Paula tumbada en la litera de abajo.

"Buenas" cerré la puerta tras de mí. "Hola" respondió sin dejar de miraral techo con cara de estúpida. "Y esa sonrisa bobalicona?" se levanto de golpe con una energía que asustaba. "Es que creo que me gusta alguien" suspiro actuando como en una película. Mis ojos se abrieron y corrí hasta su cama tirandome encima de ella "Quien, quien, quien quien..." deslizando sus dedos por mi cuello haciendo cosquillas consiguió sacarme de encima y las dos reímos como locas. Entre las respiraciones agitadas provocadas por las carcajadas, Paula dejo escapar un nombre "Mateo". Una sonrisa se dibujo en su cara al pronunciar su nombre. Me levante de la cama. "Pues hoy es tu día" le Sonreí, "Tendrás que ponerte guapa para Mati uuuuh" se rió. "Vamos a ello" se levanto de la cama con la misma energía que antes y encendió la musica en su iPhone.
Hung Up de Madonna resonó por todo el cuarto. Bailando me diriji hacia el baño para enchufar las planchas del pelo mientras Paula sacaba ropa y ropa del armario. El pitido indicaba que las planchas ya estaban listas. Paula respondió a la llamada del aparato y saltando al ritmo de la musica vino al baño, me sentó en la taza del bater y comenzó a preparar mi pelo. "Y como te has dado cuenta de que te gusta Mateo?, llevamos dos días aquí." Deslizó las GHD por otro mechón de mi pelo castaño hasta las puntas. "Es que, hoy, coincidimos en casi todas las clases, y me dio su numero. En las que no coincidimos hablamos sin parar diciendo que nos aburriamos sin el otro. Me estaba siempre abrazando, cariñoso... No puedo resistirme a eso Brook". Sonreí al saber lo roja que estaría ahora mismo.

5 p.m

Después de comer y ya con la base del pelo hecha, en al menos un par de horas estaríamos listas. Íbamos con bastante tiempo de margen ya que Mateo nos dijo que vendría a recogernos a las 9:30.

La musica seguía sonando en la habitación. Con el culo dormido de haber pasado, tanto tiempo en aquel pequeño sofá con una tele y una consola que había en una esquina del cuarto, (ventajas de un internado rico) abrí el armario buscando el enorme estuche de maquillaje y pedí a Paula que se sentase en la cama. "Que vas a hacer?" dijo temiéndose lo peor al verme con un eyeliner en la mano. " Sabes que odio el maquillaje". Sonreí pícaramente "Pero hoy quieres deslumbrar a Mati o no?" Solté mirando los jardines que se veían a través de la ventana, como quien no quiere la cosa. Paula calló y puso su cara de tushé mientras agarraba su rostro para que no se moviese y dibujaba cuidadosamente la raya sobre sus párpados.

Daba ya la hora en la que Mateo había quedado en recogernos. Paula estaba nerviosa, inquieta mientras yo veía la tele tranquilamente. Alguien tocó la puerta y Paula corrió a abrir como loca. Se frenó en seco. "Mejor abre tu, me da pereza." se miro las uñas de forma casual provocando una risa en mi.

Tire de la manilla de la puerta para que el no tuviese que esperar mas tiempo. "Hola Mati, te estábamos esperando" sonrió. "Nos vamos entonces?" nos dios sus dos brazos a forma de ganchillo y los tres caminamos hasta su coche.

La fiesta era en una casa muy amplia. La música sonaba alta, las vibraciones de los altavoces hacían vibrar el agua de la piscina. Socializamos un poco y nos fuimos a tomar algunas galletas y gusanitos que había en una mesa del salón. "Esta bien la fiesta no?" rompió Paula el hielo. "Le falta acción" respondió Mateo entregándonos a ambas un vaso con lo que parecía nestea. "Bebed. Daros caña" Daban las 11 de la noche cuando el alcohol disimulado entre el refresco bajo por mi garganta dejándola acalorada. La diversión aumentaba a cada trago que se daba.

Un grupo de chicos entro por la puerta. Todo el mundo fue a dedicarles un saludo, una palmada en la espalda o un choque de puños.
Eran tres. Un chico moreno, con el pelo descuidado de toque sensual cruzó su mirada con la mía. Paso su mirada de ojos cafés por todo mi cuerpo enseñando sus dientes a forma de sonrisa. Se quito su chaqueta de cuero y la tiro sobre un sofá de forma brusca. Dejaba ver una camiseta blanca ajustada, marcando su torso. Los chicos seguían su camino hacia la cristalera por donde se veía la piscina, donde había varios puffs. Otro chico de los que iban con el se paró frente a Mateo. Sentí que le iba a pegar. Ambos se dieron un abrazo y suspire aliviada. "Chicas son mis colegas. Luego os veo" se dio la vuelta hacia los demás y se fue con aquel chico de piel morena. Tenia un pelo buen peinado hacia arriba en su justa medida de rebelde. Lucía menos musculado que los demás y varios tatuajes recorrían sus brazos. Me guiño uno de sus ojos mieles al ver como le miraba.

Divise entre la multitud a algunos amigos. Pablo entre ellos. Hablamos durante un rato hasta que alguien tiró de mi brazo haciéndome girar hasta estar a centímetros de su cara. "Hola nena"

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⏰ Última actualización: Feb 28, 2016 ⏰

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