Esta vez me encontraba en Toluca, junto a un bar de mala muerte, sentado en la banqueta repletade colillas de cigarrillo, con dos personas: Brenda y Armando. Con el cigarrillo entre mis dedos,pensaba en el daño que me había hecho ese bastado. Una parte de mi cerebro, pensaba en el odio,que él había generado, pero, por otro lado, pensaba en lo que él mismo se había ocasionado.Estar con esa perra de tan grandes ojos era su mayor castigo.
Junto a Brenda, que al parecer ya estaba muy ebria, ella, es una persona de muy mala reputación,fumadora y alcohólica. Había tenido una vida muy dura, junto a su padre que había abusado deella sexualmente. Tenía un hermano, David, que veía como cada viernes, su padre, iba con un parde amigos. Y ustedes pensaran que sus amigos eran los enfermos, pero no, los amigos solo iban aechar desmadre, después de salir del trabajo. Pero, el padre cuando ya estaba muy borracho, soloveía a Brenda como un objeto sexual, al vivir la pérdida de su compañera de vida. La madre deBrenda había muerto por una sobredosis, ya que era muy dependiente a su medicamento paradormir, hasta que un día se le pasó la mano y jamás volvió a despertar.
Por otro lado, estaba Armando. Él no tenía ni un problema, sólo iba a ese bar, cada vez que salíade clases o no tenía nada que hacer, lo cual era su costumbre, ya que era una persona un pocoirracional. Tenía una familia esplendida, era de una familia, con muy buen apoyo económico,unos padre ejemplares, que siempre le ponían atención y él solo se dedicaba a despilfarrar eldinero de sus padres, ya que él no era muy consciente de lo que hacía.Tenía a dos personas: una dañada y un caprichoso, sentados junto a mí, en esa calle tan oscura,¿y yo?, sólo podía tener en mente lo que mi "mejor amigo" me había hecho, sabía que habíapersonas con una vida mucho peor que la mía, pero, eso no me importaba. Yo sólo estabaconcentrado en la traición que había recibido como pago, después de tantos años, después detanto apoyo que le daba a Javier.
Cuando conocí a Jenny, estaba muy melancólico, por ser rechazado en la universidad, ésa quetenía tanto prestigio, Tuve que irme a una escuela de paga, donde sólo me iban a exprimir todo loque yo ganaba en páginas de internet haciendo vídeos. No era un personaje muy reconocido,pero por lo menos ganaba dinero haciendo lo que más me gustaba y al pensar que todo mi dinero 50se iba a ir a una institución, me ponía triste. He ahí cuando encontré a Jenny, era una joven con lavida comprada; sin ninguna preocupación, pero, era una persona un poco arrogante.
Los primeros días de escuela, me sentía muy incómodo, no conocía a nadie, entonces entroJenny, para preguntar si ése era el salón de Aduanas. Jenny se puso muy nerviosa, su cara pasóde un tono pálido a un tono rojo jitomate, sinceramente fue algo que me causo mucha gracia,porque, ¿qué persona se equivoca de aula?, bueno, puede pasar...
En el tiempo que nos dan de descanso (9:00am a 9:30am) tuve el valor de acercarme parapreguntarle su nombre, su edad, ya saben... lo común que a una persona se le pregunta. Jennyera una persona muy confiada y ¡hasta su número telefónico me dio!, al pasar los días,comenzamos a hablar de muchas cosas, pero ante todo había mucha confianza. Me platicó quesus padres habían muerto, pero ella, quedó con una herencia, con la cual podría vivir muy bieneconómicamente pero... ¿dónde queda lo emocional?, Jenny se refugiaba en ser prostituta denoche pero al parecer era una prostituta muy barata, creo, sólo lo hacía por placer.
Traté de sacarla de esa maldita costumbre, que ella tenía, sin embargo, ella se ponía muy hostil yagresiva, cuando le mencionaba el tema y sólo quería tener mi amistad, para tener alguien conquien revolcarse en la escuela. A mí no me agradaba la idea, soy hombre y la carne es débil peroveía algo en ella que no me permitía tocarla más allá de lo normal, Claro, siendo amigos. Con elpaso del tiempo, la amistad tuvo un giro inesperado, pero a la vez esperado, ella se convirtió enmi novia un día que la emborraché por accidente y por ende tuvimos sexo esa noche.
Duramos semanas enteras e incluso meses sin pelear y sin que ella, tuviera que recurrir a su vidagalante, así que decidí llevarla a mi casa. No sabía, que ahí iba a estar Javier, que era de muypocos amigos (hasta la fecha veo por qué casi nadie se le acercaba), a Javier lo conozco desdehace 5 años atrás, cuando los dos teníamos 15 años de edad. Le presenté a Jenny, los dos sesaludaron como si ya se conocieran, pero en su momento no se me hizo nada raro, porque Jennyera un poco sociable.
Llegamos a salir muchas veces, pero Javier, nunca invitaba a una amiga o pollo que tuviera,muchas veces pensé que era gay, Los días que salíamos, como Jenny tenía coche a veces pasabapor mí y luego por Javier, otras ocasiones ella ya llegaba con Javier y como pensaba que los dos se llevaban tan bien, no se me hacía nada raro, es más, hasta me agradaba la idea de que miamigo se llevará tan bien con mi novia.
Todas las noches Jenny se acostaba con Javier, y Javier jamás me dijo algo, de lo que pasabaentre ellos, pero... ustedes se preguntarán, ¿por qué cuando se conocieron, se saludaron como siya se hubiesen conocido?, por la cabeza de Javier, pasaba las veces que había visto a Jenny en laesquina, que estaba por un callejón sin salida, con una minifalda y escote pronunciado.Los dos nos comíamos la misma carne, o como vulgarmente se dice: "revolvíamos atole"
Salíamos a antros y Javier siempre cuidaba a Jenny, pero, también la trataba como una cualquieray, eso era en verdad. ¡Una cualquiera!, Jenny, no sabía muy bien lo que pasaba por su vida, nosabía ni con quien se acostaba, no sabía si estaba a punto de morir por una enfermedad o siestaba intacta, como era su suerte, yo pensaba, que ya había dejado esa vida de mala muerte,llegue al punto de querer formar una familia con ella.
Hasta que, Javier le fue tomando cariño. Un día antes de la graduación, Javier decidió que eratiempo de contarme toda la verdad, porque ya no aguantaba ver a Jenny junto a mí. En la cena degraduación, ocurrió algo que jamás pensé que pasaría, por primera vez, me dieron celos y vi aJenny con ese vestido dorado, que había comprado para esa noche o quién sabe, tal vez ya lohabía ocupado para estar de piruja como era su costumbre.
Tomé mi vaso de vino tinto y se lo arrojé a esa perra, Javier se sorprendió, ante mi reacción y seme aventó a los golpes, no niego que soy cinta negra, pero tampoco fanfarroneo en ser todo un aspara pelear. Jenny tenía lo que siempre había querido, ver en todo nuestro transcurso en lacarrera; ver a dos estúpidos pelear por ella y lograr tener toda la atención, que siempre habíadeseado. Esa noche terminó nuestra amistad y terminó mi vida.He ahí cuando caigo en depresión, en mi refugio, en el bar, donde siempre íbamos los tres aalcoholizarnos. Tantos recuerdos que vienen a mi mente, cuando me siento en la mesa que yaestaba reservada para nosotros.
Comparo la vida que tiene Brenda y Armando, un violada y un mi rey de quinta clase...
Mi vida no es perfecta, pero creo, que prefiero mil veces perder una amistad, a sufrir todos losaltibajos, que han tenido mis compañeros de calle, pero, he decidido, ya no ayudar a algunapersona, por mucha lástima que me dé. Puedo ayudar a Brenda, con sus problemas pero, ¿quiénme asegura que no saldrá como Jenny "la perra"?, nadie me asegura nada y prefiero luchar, parapoder salir adelante solo y no depender de mis padre como lo hace el borracho de Armando.
Esta amaneciendo y tengo con continuar con mi vida, me levanto y empujo a Brenda, que poco apoco se me arrima, causando lástima, le escupo y orino la cara de Armando, para que por lomenos, así se le quite la maña de seguir despilfarrando el dinero, que el obtiene a costa de suspadres.
He seguido con mi vida, tengo un empleo y no pido nada más...
Por: Jacqueline Salazar Estrada.
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El Bazar de cuentos presenta:Cuentos contados por cuentistas.
De Todo¿Te has puesto a pensar en qué es lo que tendría que decir un adolescente si se tratara de contar una buena historia? Nos hemos dado a la tarea de demostrar que los más grandes escritores no están escondidos detrás de un escritorio y haciendo lo que...