Colección de One-shots IchiRuki

Ella

Hola, aquí está el siguiente One-shot. Espero y tenga buena respuesta como los otros. Gracias a las chicas que votan y comentan. Es AU y puede contener OoC

DISCLAIMER: NI BLEACH NI SUS PERSONALES ME PERTENECEN, SON OBRA DE TK.

***

El sol se asomaba a través de las persianas abiertas de la habitación, cayendo directamente sobre el rostro de un muchacho de cabello color naranja.

El muchacho se levantó y restregó sus puños sobre sus ojos.

Era hora de levantarse a visitar a su padre en la clínica.

***

Cuando iba a salir del edificio donde vivía, una chica de cabello naranja se acercó a él.

—Buenos días, Kurosaki-kun. ¿Vas a ver a tu padre?

—Así es, Inoue.

—Por cierto, Senna preguntó por ti de nuevo. Pero Ulquiorra-kun le dijo que no estabas.

El chico suspiró con pesar.

—Dile a Ulquiorra que gracias. En serio, ésta chica me tiene cansado.

—De todas formas, no saldrás con ella ¿o sí?

—No, tú sabes quién me gusta. Así que la respuesta es no.

Inoue asintió.

—Bien, manda saludos de mi parte a tus hermanas y papá.

Él asintió y caminó hacia la salida del edificio. Pero la voz de Inoue le detuvo de nuevo.

—Sí la ves, le das un saludo de mi parte también.

El chico asintió y siguió avanzando.

***

Una efusiva bienvenida fue lo que recibió por parte de su familia cuando llegó. Le agotaba bastante estar siendo recibido así,  y más por el sujeto de cuarenta años que se hacia llamar su padre.

Sus hermanas igual no cambiaban. Seguían siendo las mismas de siempre.

Cuando estaban comiendo, el Kurosaki mayor decidió sacar un tema bastante vergonzoso sobre su hijo.

—Bien, Yuzu, Karin. Sabemos que mi estúpido hijo es un cobarde. Aún no puede declararse a la chica que ama.

Una venita apareció en la sien del muchacho.

—Y también sabemos que ella estará este fin de semana aquí en Karakura.

Los ojos del chico, brillaron con emoción. El simple hecho de saber que la vería de nuevo, hacia que su corazón latiera desbocado dentro de su pecho.

—Onii-chan, esperamos con ansias que puedas declararte a Rukia-chan este fin de semana. —Le dijo con inocencia su hermana Yuzu.

—Así es, Ichi-nii. Ojalá y el estirado de su hermano no venga con ella. Así podrás confesarle todo con lujo de detalles.

Mientras la familia Kurosaki festejaba —a excepción de Ichigo—, el chico de cabellera naranja miraba a la nada, procesando cada palabra que su familia le decía.

—No puedo hacer eso.

Dijo con la esperanza de ser escuchado.

—¿Por qué no?