Colección de One-shots IchiRuki

Mi niña de ojos violeta

Hola, ¿qué tal?
Aquí les traigo el siguiente one-shot de esta colección, espero y les guste. AU y puede contener OoC.
***

Rukia salía del instituto directo a casa, ese día había sido bastante estresante. Primero que nada, Renji no había asistido y tuvo que exponer un trabajo ella sola. Después se entera que su maestro de Artes no iba a asistir a clases por un largo rato ¡Artes es su materia favorita!

Antes de entrar, se asomó a la ventana de sus vecinos, la clínica Kurosaki.

Sonrió y entró a su casa.

|•×•|

A las seis de la tarde, decidió salir a dar un paseo por el parque, cuando de repente encontró una hoja tirada en el suelo.

Extrañada, la levantó y vio que en ella estaba escrito con rojo: «Mi niña de ojos violeta».

Guardó la hoja y siguió con su camino.

|ו×|

Dos horas más tarde regresó a casa. Había tenido tanta relajación que perdió la noción del tiempo. Tal vez su hermana estaba enojada, o quién sabe.

Llegando a casa, su hermana le dijo que Renji había ido a visitarle pero que se fue porque no la encontró. incluso le dejó una nota.

Rukia vio el pequeño trozo de papel, esa no era la letra de Renji, ¿entonces?

Se acordó de la hoja que se encontró de camino al parque. La sacó y comparó, era la misma letra.

En el trozo de papel venía escrito: «Ella es demasiado especial,
Aunque no lo sabe aún»

Con el entrecejo fruncido, fue a ver a sus hermanos.

Les dijo a ambos de la existencia de las notas.

—Al parecer, Rukia ya tiene a un enamorado —dijo Hisana.

—¿Qué dices? —respondió Rukia con el rostro enrojecido.

—Hay alguien, a quien le gustas, Rukia.

Su hermano Byakuya sólo miraba inexpresivamente hacía ella.

—Bueno, es hora de ir a la cama, mañana tienes exámen.

Rukia asintió a su hermano.

—Buenas noches.

En cuanto ella se fue, Byakuya le musitó a Hisana: —Sabes quién es, ¿cierto?

—Si, sé exactamente quién es.

Una imperceptible sonrisa cubrió los labios de Byakuya.

Al día siguiente, Rukia se levantó para ir al instituto. Cuando terminó de arreglarse salió de casa y vio que una pequeña hoja color azul cielo estaba en el buzón.

La tomó y leyó lo que decía:

«Sus ojos de un color tan singular,
Que todo el día quisiera observar».

Era la misma letra de las hojas anteriores.

Extrañada, miró a sus alrededores, pero no había nada ni nadie cerca.

Siguió su camino al instituto mientras guardaba el pequeño pliego de papel.

En su camino creyó haber visto a un chico de cabellera naranja observándola, pero era imposible que alguien la viera a ella.