Capítulo 8

21 4 5
                                    

"La adolescencia es una de las etapas más complicadas para una persona. Las hormonas se alteran, nuestros pensamientos cambian, el cuerpo empieza a desarrollarse y todo es un caos en nuestra vida. Si algo pequeño nos sale mal, lo consideramos como el fin del mundo. Todo es difícil para un adolescente, y literalmente estoy pasando por todo eso, y aparte de lo anterior tengo que aceptar el hecho de que no soy normal. Dentro de mí se haya algo que podría ayudar o destruir a los demás. Mi abuelo y mi padre no eran personas comunes y corrientes..."

-En realidad tu padre si lo era –hablo Roger.

-¡¿Que carajos haces aquí?! –Grite al verlo dentro de mi habitación– ¿Cuándo llegaste?

-Hace un momento, ¿Ese es tu diario? –pregunto descaradamente.

Entonces escucho todo lo que escribía. Si oír, ya que siempre susurro lo que voy escribiendo.

Sonríe sin razón alguna y dije:

-Jodete. ¿Qué quieres?

-¿Cómo que quiero? Ya es hora de entrenar, hoy será tu primera clase de batalla cuerpo a cuerpo.

-Cierto –dije al recordar.

Se me había olvidado el horario y no me acordaba de nada.

Guarde mi cuaderno y salí junto a Roger camino a la "Sala de Batallas".

Ya ha pasado una semana desde que supe que era "El Sol". Edward y Caroline sabían todo desde un principio. Todo lo relacionado con la alquimia y mi abuelo. Ellos son humanos comunes, y no tienen problemas si vuelven a su casa, así que constantemente van a la casa y regresan a la nave. Mis clases empezaron desde el segundo día. Tengo que memorizarme más de 90 elementos, 60 sellos, 40 frases para poder activar los sellos y muchas otras cosas que aún no llego a comprender por completo. Hoy empiezan las clases de combate y se supone que aprenderé a defenderme, atacar, etc.

-¿Qué trataste de decir cuando dijiste que mi padre si era normal? –pregunte cuando entramos al ascensor.

-Eso mismo –contesto –De que tu papá era un humano normal.

-¿Acaso no fue el sol?

-No. Las habilidades no se traspasan por generación. El portador del... digámosle "Poder", decide a quien darle las habilidades. Tu abuelo te los heredo a ti y mi padre a mí.

Asentí y salimos del ascensor. Al llegar a la entrada del salón las puertas se abrieron automáticamente permitiendo ver el interior del lugar. Tenía un leve parecido a la sala de prácticas. Enormes colchonetas negras estaban colocadas en el suelo. Algunas de ellas estaban ocupadas por aprendices que entrenaban.

Cuando entramos y la puerta se cerró, todos se quedaron mirándonos.

-¿Por qué nos miran tanto? –dije al sentirme incómodo.

-A mí no me miran, te observan a ti -¿A mí? Sus ojos expresaban curiosidad, casi no parpadeaban por querer verme –No les hagas caso, sígueme.

-Entrenador él es Sam –me presento Roger a un enorme tipo que estaba de espaldas dando indicaciones a un grupo de aprendices. Giro al oír la voz de Roger y me observo meticulosamente. Su piel tenía un color amarillezco y su cabello estaba totalmente desordenado. Al ver sus ojos me sorprendí, el iris de su ojos derecho era de color azul eléctrico y el iris izquierdo era de un rojo carmesí. Los colores eran hipnotizantes, creaban entre si un contraste totalmente interesantes.

-Me llamo Seditt y espero que seas capaz de sobrevivir en mis dominios –dijo señalando la colchoneta.

Levantó su palma derecha en señal de saludo el cual acepte de manera cortes. Cuando iba a soltar su mano, el entrenador me jalo hacia él logrando que mi cuerpo quedara suspendido en el aire y al siguiente segundo me lanzo al suelo creando un enorme dolor por toda mi espina dorsal. -Primera regla: Jamás confíes en nadie –comento al soltarme.

Equivalencia De IntercambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora