Capitulo 4

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Y entonces, comencé a percibir mi olor más profundamente, ¿Qué estaba haciendo? Su nariz no paraba de moverse de un lado a otro a través de mi cuello y la parte baja de mi oreja, con esos simples roses este hombre tenía la habilidad de subirme la temperatura de 0 a 100 grados en cuestión de segundos, esto es algo que no podía seguir permitiendo me dije a misma! Es un chico que no conoces y en menos de un día ya lo tienes olfateándote como una especie de perro, No! Absolutamente No, me tengo que alejar de él, puse mis manos en su pecho para alejarme, pero no lo permitió, me estaba sosteniendo las manos, iba a reprocharle que me dejara ir pero en ese momento solo pude sentir c..o.m..

- ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh – nunca había gritado tan fuerte en mi vida, creo que ese grito se escucho en todo el bosque, el muy salvaje clavo sus enormes colmillos en mi clavícula, en el momento en que sentí como sus colmillos traspasaron mi piel un dolor gigantesco se extendió por todo mi cuerpo, pero a medida que pasaron los segundos el dolor se fue transformando en una sensación muy intensa, un placer que nunca había sentido, era una sensación de placer y bienestar, era como estar flotando en la nube más alta y sentir el aire a través de tu cuerpo, sentía como si fuésemos una sola persona, como si en ese momento el fuese creado un vinculo tan fuerte que jamás podríamos romper si incluso quisiéramos, mientras más hundía sus colmillos más intensa era la sensación que me provocaba, con una mano me sostenía la cabeza y con la otra me sujetaba la cintura y de un momento a otro la sensación que me tenia extasiada fue desapareciendo a medida que se alejaba de mi, cuando me soltó me invadió un dolor tan grande que sentí que en ese momento me desmallaría.

- Mírame ya puedes abrir los ojos – muy lentamente abrí los ojos, encontrándome con su mirada posesiva y profunda - Ahora con esto – dijo señalando la marca que sus colmillos habían dejado en mi- todos sabrán que eres mía y nadie absolutamente nadie se atreverá a acercarte a ti.

Nuca había sentido tanta vergüenza en mi vida como la que sentía en ese momento, mi cuerpo entero de un momento a otro paso del más intenso placer que jamás había experimentado, al más puro y profundo de los odios en cuestión de segundos, odio y puro odio era lo que sentía por este chico, odiaba que me llevara a las nubes para luego dejarme caer sin ningún tipo de compasión, nunca le permitiría que volviese a tocarme de esa manera.

- Espero que hayas disfrutado con lo que acabas de hacerme, porque jamás lo volverás hacer, y espero que te quede bien claro, que no quiero que te acerques mas a mi – dije fulminándolo con la mirada y sin nada de miedo, esa sensación de temor había abandonado mi cuerpo, ahora solo sentía mucho odio hacia el – y ahora si no te importa me largo a un lugar donde no puedas encontrarme adiós – dije aun mas enfadada.

- Dejare que te vayas pequeña, pero solo porque prefiero que sean otros los que te expliquen acerca de mi mundo, pero no creas que puedes alejarte de mi; si lo intentas no dudes ni por un solo momento que te encontraría a donde quiera que te vayas, ahora tu existencia y tu vida SOY YO! a donde quiera que estés estaré yo y a donde quiera que yo valla tu estarás a mi lado, quieras o no pero lo estarás.

Literalmente lo odiaba, que me tratara como si fuese un objeto de su propiedad que simplemente puedes poseer así como así, si tan solo tuviera la boca cerrada y no fuera tan psicópata o animal fuera el hombre más maravilloso del mundo. Me di la vuelta y comencé a correr en dirección al instituto, no quiera volver a verlo, me sentía muy expuesta a su lado no podía permitir que me usara a su voluntad solo porque despertaba en mi sensaciones que no sabía que existieran, cuando estaba a su lado me sentía como si estuviese a salvo, protegida de cualquier peligro, caliente pero con miedo que al hacer cualquier cosa me pudiera quemar. Mientras entraba en el comedor tome la decisión de no volver a verlo más, faltaba muy poco para que mi madre viniera por mí, teníamos mucho de qué hablar ¿hombres lobo? Por dios a penas me lo creía si no fuesen por esos colmillos y las marcas que me dejaron yo diría que todo es una mentira.

- Karla ¿Dónde estabas? ¿A dónde te llevo Dylan? – escuche como la voz de Cecilia me lanzaba miles de preguntas a medida que se acercaba a mi lado, me gire y la encontré junto a mí y al fondo estaba el, había venido detrás de mi sin dejarse escuchar como un vil ladrón.

- Nada! No pasa nada, solo me quiero ir a mi casa, estoy muy confundida no sé en qué momento el mundo que conocía se convirtió en una especie de mentira y todos no son lo que aparentan ser.

- No te preocupes amiga, dentro de muy poco tiempo todo cobrara sentido para ti, tienes que hablar con tu madre ya que es ella quien te trajo aquí - Mientras Cecilia me hablaba sentía la mirada de Dylan clavada en mi, a su lado estaba el chico que lo acompañaba la primera vez que lo vi, estaba hablándole muy nervioso pero el parecía no prestarle mucha atención, yo lo miraba de vez en cuando a ver qué hacia, pero el solo me miraba y no me quitaba los ojos de encima, estaba empezando a ponerme nerviosa cuando escuche la bocina del coche de mi madre afuera.

- Gracias a dios mi madre ha llegado nos vemos después Cecilia – dije mientras salía disparada de ahí al coche de mi madre, cuando llegue al estacionamiento me monte lo más rápido que pude en el coche.

- Cariño ¿estás bien? Te veo un poco pálida – dijo mi madre con una cara de preocupación.

- Estoy muy bien mama, solo resulta que hoy ha aparecido un chico en la escuela diciendo que es mi lobo y que de ahora en adelante mi vida le pertenece y que si trato de huir me encontraría donde fuese, ah y que si alguien más se me acerca lo matara. ¿Acaso tienes algo que contarme mama? – dije un poco histérica ya que no podía soportar mas que nadie me explicara qué rayos estaba pasando.

- Cariño –comenzó a llorar – yo no quería que te enteras de esta forma, nunca pensé que encontrarías a tu pareja, ya que tu padre nunca encontró la suya.

- Espera un momento mama acaso acabas de decir ¿mi padre? Tu nunca hablas de él, por favor explícame que está pasando! No entiendo nada – necesitaba una explicación ya y al parecer nadie quería dármela.

- Es una historia muy larga mi niña pero creo que ya es hora de contarte toda la verdad con respecto a tu padre y sus orígenes, el porqué ese chico afirma que es tu lobo ¿de acuerdo?.

- Está bien mama solo vámonos a ca... – de la nada alguien apareció en frente del coche de mi madre, ya que aun estábamos en el estacionamiento.


TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora