En medio de aquella noche en la cuál nuestra propia historia de amor volviera a renacer como el ave félix de sus cenizas en las cuáles, una suave brisa del viento nos enviaba aquellas cenizas de la pasión, de la lujuria, de la seducción, de los besos más románticos, intensos e inolvidables que ambos nos dábamos, hacia aquella cama dorada en la cuál todas nuestras caricias, todos los roces de nuesra piel,etc fueran los protagonistas de aquella noche fantástica que había vivido contigo mi amor.
Cuando nuestra llama de nuestro amor, nuestro fuerte lazo rojo oscuro y nuestras miradas casi de seductoramente que teníamos, Solamente me queda por decirte mi querido amor, que es un gran honor haberte conocido mi corazón.