Cuando me marchaba de mi casa. en aquellas horas de madrugada, mi último camino y mi último destino se presentaron delante de mi cara.
Con un leve suspiro mío y con el último frío crudo de invierno que me invadía por todo el alrededor de mi cuerpo, Solamente pero tan solamente al observar el último destino que debía afrontar, Solamente pero voltéandome para ver por última vez aquella morada y aquella esposa que alguna vez he tenido, solamente me queda por decirte hasta pronto mi amor y mis hijos, hasta pronto mis leones, hasta pronto mis nuevos machos y dueños de mis bienes, Hasta pronto familia y familiares, pero no se olviden que los tendré en mis corazones por el resto de mi vida y aunque no esté más con ustedes no se olviden de Juan Carlos Bolvoche, quien les habla, los ama y los mantendrá vivos en su memoria.