Capítulo 4

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---Quiere que vaya con ella. Hay otros como yo allá--- Nicholas se encontraba en la mesa. Hablando con su madre. Ella se sorprendió un poco. Abrió la boca para decir algo, Nicholas esperaba el "no" por respuesta. Pero su madre se arrepintió en el último segundo y quedo en silencio.

---¿Qué vas a decir?--- Le preguntó a su madre. Andrómeda se encontraba reposada en la pared, junto con Celina. No iba a meterse. Esa comversación era intima y familiar. Algo que solo Nicholas y su madre debian discutir.

La madre de Nicholas tomó sus manos. Unas lágrimas cayeron por sus mejillas
Nicholas volteó a ver a Andrómeda: ---No puedo dejarla---

---¡No!.. Debes ir--- su madre se secó las lágrimas y se levantó.
---Esos dones que tienen--- comenzó a hablar mirando a su hijo y a Andrómeda Cox---Deben saber porque los tienen---

Nicholas quedó helado con la respuesta. Parte de el queria un no por respuesta. Parte de el queria quedarse en casa. Pero otra parte: la más grande; queria saber la respuesta a sus dones.
---Pero mamá--- Dijo este pero su madre lo calló.

---Nicholas. Eres mi hijo y juro que jamás voy a querer que te vallas. Pero es necesario que vallas ayá--- Dijo mientras le daba un abrazo como nunca antes le habia dado.

---¿Y qué hay de Celina?--- pregunto observando a su hermana que se encontraba aferrada a la mano de Andrómeda.

--- Nos las arreglaremos, despues de todo, solo es un tiempo--- dijo su madre.

---Si usted lo desea--- comenzó a hablar Andrómeda ---Su hija puede acimpañarnos, nos les faltara nada, y me aseguraré que esté segura---
Nicholas obervó a su hermana, que abrió los ojos y grito de alegria al saber que iria de viaje.

---¿Enserio puedo ir?--- pregunto la pequeña, obsercando a Andrómeda, esta le hizo un gesto dando a entender que era su madre la que determinaba eso.

---Deja que venga mamá--- exclamó Nicholas.

La mujer lo pensó un momento pero acepto ---Esta bien, de todas formas no puede quedar sola mientras trabaje---

Celina dio un salto de algeria, y abrazó a Andrómeda. Era raro que le tenga tanta confianza, en especial Celina que es una chica muy desconfiada.

---Vé a preparar tus cosas--- ordenó au madre a Celina, tratando de parecer alegre.
Celína avandonó la cocína, y subió corriendo a su habitación. Andrómeda observó un momento a Nicholas y pensó que debian estar solos, por lo que también se fue. Ahora Nicholas se encontraba solo con su madre.

---Volveré enseguida, no te preocupes'-- Le dijo mientras le secaba las lagrimas a su madre. Subió la escalera con un paso muy lento y armó su valija.
Andrómeda quedó reposada en la pared, en una esquina esperando a Nicholas y su hermana.
Mientras tanto el guardaba un poco de ropa en una pequeña maleta. Tenia una gran mezcla de sentimientos. Estaba feliz por tener una aventura, de verdad queria saber porque tenia sus poderes, y queria conocer a los otros. Pero no queria dejar a su familia. Nunca antes lo habia hecho, y esperaba no hacerlo.

---¿Estarán bien?--- escuchó a su madre preguntar.

---Claro que sí. Debo decirle que si vine a buscarlo fue por algo inportante--- contestó Andrómeda.

Nicholas dejó la maleta en el piso haciendo ruido para advertir que estaba ahí. Andrómeda lo vio y se despidio de la madre.
---Te espero afuera--- le dijo y cerró la puerta. Ahora Nicholas se encontraba solo con su madre, la cual se encontraba algo mejor, incluso se podia decir alegre. Aunque era visible que habia llorado.

---No te preocupes, regresaré muy pronto--- dijo mientras le dió un beso en la frente. La mujer tomó las manos de su hijo, y lo observó un momento.

---¡ya estoy lista!--- Gritó Celina. Que venia con su balija de color rosa y una boina violeta. Nicholas rió al ver a su hermana tan entusiasmada.

Su madre le dió un enorme abrazo, incluso la levantó del suelo.

---Promete que me contaras todo a diario--- le dijo dandole un beso.

---Por supuesto--- contestó Celina. Abrió la puerta y se fue dando un último adios a su madre.

---Anda...--- le habló llevando su dedo a la boca. ---Te esperan---

---Adiós--- Nicholas cerró la puerta y respiró un poco. Vió una limusina frente a él. Nunca habia visto una de verdad.

---Rápido--- Gritó Celina desde la ventana.
El volteó para ver su casa por última vez y subió al grán coche blanco.

Andrómeda estaba sentada educadamente frente a los Christensses. ---Jacinto--- el chofer volteó al escuchar a su ama, era un hombre de unos 40 años. ---vamos al aeropuerto por favor---

Nicholas y su hermana se miraron un momento. ---¿A donde vamos?---

---Ya te dije--- habló con una sinrisa ---A mi casa---

---¿Nos vamos a Francia?--- preguntó algo confundido.

---Así es--- contestó observando por la ventana.

Guerra Del ZodiacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora