Comienza el viaje y la casería

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Ya se habían bañado y comían los dos juntos.
Se miraban en silencio, no necesitaban hablar para entenderse. Bel ya amaba con locura a su perro.
- Dos cosas tengo en claro "Precioso". Primero averiguar donde esta mi espada y segundo preguntar a mis padres que son esos símbolos. - le hablaba a su perro pero con su mirada fija a la pared.

En una mochila junto un par de prendas que le iban de milagro. Buscó toda la plata que pudo y se marcharon.
Caminaron una hora, se metió en la primer casa que vio con auto. Tocó la puerta, un hombre abrió y la miró con curiosidad. Sin hablarle le metió un puñetazo en el ojo derecho, el hombre a causa del golpe y la sorpresa casi se cae. Pero Bel con rapidez lo tomó del brazo.
- Ya vez que no vas a poder pelear contra mi, sólo quiero tú auto. - dijo en tono frío y serio.
El hombre no se resistió, pero estaba sopesando cada palabra dicha.
- okey, veo que no te estoy intimidando.
En un movimiento rápido se colocó detrás de el y apretó su cuello hasta dejarlo inconsciente. No lo mató, sólo lo desmayo. No se mata inocentes.
Buscó por la casa las llaves del auto y todo lo que podía servirle.
Tomó dinero, las llaves del auto y un arma.( uno nunca sabe cuando abría que meterle un tiro entre ceja y ceja a alguien malo)
Cargo el auto y se marcharon.

Viajaron en la noche,por rutas secundarias para no llamar la atención de nadie en camineras y peajes.
Cuando estaba cansada dormía donde nadie los viera  mientras "Lucifer" hacia guardia.
Llegaron a los cuatro días de manejar tomándose su tiempo, a la frontera. Tenían que viajar a Europa. Así que lo mejor era tomar un avión en Uruguay rumbo a Italia.
Allí estaba su espada, había averiguado por internet que su espada la tenía un coleccionista de armas de guerra. Según lo que sabía Marco Rossi había heredado el museo privado de su padre. Y éste había seguido con el trabajo de su padre haciendo crecer más la colección y resguardando las piezas únicas y extrañas. Y entre ellas estaba su espada.

Hacia dos días que estaba en Italia. Ya sabia donde estaba el coleccionista, pero no había ido enseguida a verlo porque quería conocer el lugar,y aprender el idioma. Y eso le tomó dos días.
Llegó a las puertas enrejadas de la mansión. Había una casilla del guardia de seguridad.
- Buongiorno! Volevo parlare al collettore? - le dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
- Hai un appuntamento? - dijo con el seño fruncido mientras miraba a "Precioso"
- No. Ma dire che il proprietario del la spada della Regina è qui!( No. Pero digale que la dueña de la Espada de la reina esta aquí)  - Bel estaba sería para dar énfasis a su verdad. Ese era el nombre que el primer "Escolta" le había puesto a su espada. Según había leído los Rossi descendían de un clan que eran los encargados de cuidarla. Ella aún no recordaba eso.
- il perdono?? - dijo asombrado el seguridad.
- Non perdere tempo e recinzione! ( no pierda el tiempo y valla)- lo miró fijo, el pestañeo varias veces y fue hablar al teléfono dentro de la casilla.
Pasaron unos minutos y la dejaron entrar, ella sabía que  la dejaban entrar por curiosidad no porque creyeran que ella era la dueña.
Llegó sola hasta la puerta de la mansión. No dejaron ir con ella al perro. Pero antes de irse y dejar a " Precioso" le dijo que estuviera atento que en 20 minutos lo llamaba.

Un hombre enorme de cabello oscuro y barba a juego, vestido de traje gris abrió la puerta y le pidió que lo siguiera. Mientras caminaba tras él por la enorme mansión de dos plantas, miraba con atención todo a su alrededor. La mansión parecía un gran museo, había pinturas, jarrones, estatuas y distintas obras de arte por doquier. Pero mientras caminaba veía que sólo están dispersas como si sólo fueran adornos y no piezas de valor incalculable.
Llegaron a una gran puerta de madera la cual el gigante barbudo abrió e invitó a pasar a Bel.
En la habitación había cinco hombres, cuatro de ellos parecían sacados del mismo molde, eran gigantes de cabellos abundante oscuro y tupidas barbas.
-Acaso son quintillizos? -penso Bel.
El otro hombre era distinto era muy alto, delgado pero de cuerpo tonificado, tez blanca, cabello ondulado castaño y ojos color cielo. Tenía sobre su ceja derecha una rara cicatriz,era como un corte que había sido profundo y que no habían puesto puntos. Esa rara cicatriz lo hacia más apuesto y misterioso.
El la miró con curiosidad de abajo hacia arriba pero cuando se miraron a los ojos algo paso...un recuerdo vino a su mente..

Bel hija, no puedes luchar sola, eres fuerte pero no inmune a sus garras y dientes y menos a los poderes de los ángeles caídos, es por eso que te daremos un escolta, el luchará para protegerte y resguardar tu vida y la de tu espada..

El recuerdo se esfumó y sintió como si le hubieran pateado el pecho, no podía respirar. Sólo podía verlo
Marco también estaba en shock, sentía que la conocía, pero eso no era posible.

-Buona giornata signorina! Mi chiamo Marco, un cui posso aiutare?- le dijo en tono amable pero cargado de curiosidad sincera.
- Hola! Uh! Scusa! - por la impresión había olvidado hablar en italiano.
-De donde es señorita? - el hablaba un perfecto español.
- Del otro lado del mundo. Mi nombre es Belisa. Y vengó en busca de algo que me pertenece.

Hijas Del Bien,hijas Del MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora