"La espada de la reina"

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- Perdón? - Marco tenía el ceño fruncido y estaba muy serio - Me han dicho signorina que usted reclama como suya cierta pieza de mi colección. Esta pieza en particular, no está a la venta. Además dicha pieza esta bajo mi protección ya que mi familia la cuida hasta que su verdadera dueña la reclame. - para rematar sus palabras que ya de por si estaban cargadas de seriedad fue sarcástico - Signorina no creó que alguien que murió hace mil años la reclame hoy!
Bel, lo escuchaba atenta con una sonrisa en los labios.
- Quiero ofrecerle un trato! Tanto usted como yo sabemos que nadie ha visto la espada en público. Así que este es mi trato: Yo le describiré la espada, si llega ser mi descripción satisfactoria me dejara verla y después me iré.
Marco pensó cada palabra dicha por la mujer desconocida, aunque a medida que pasaban los minutos se le hacía familiar.
Sabía que la mujer no traía ninguna clase de armas y por más de que su apariencia intimidaba, a los guardias seguro que no.
- Esta bien Signorina Belisa, tenemos un trato. Pero si no la describe a la perfección se irá sin hacer escándalos.
- Pero si lo hago bien me dejara verla.
- Así se hará!- dijo decidido e intrigado.
Bel cerró los ojos, respiró profundo y sus aletas nasales se agrandaron atrayendo los olores y aromas que habían en la habitación, dejó ese pensamiento atrás, debía concentrarse en recordar.
- Mi espada, en un arma corta ya que no fue hecha para un hombre. La empuñadura y la hoja están hechos del mismo material, es una sola pieza sin uniones. El metal que utilizaron no aparece en la tabla periódica, y esto es por que fue hecha al principio de los tiempos.
La empuñadura tiene extraños grabados y la naturaleza de como los hicieron todavía no tiene explicación. Los grabados están divididos en dos, por un lado esta Lucifer envuelto en llamas sonriendo dulce mientras sostiene en una mano la cabeza de un demonio menor y en la otra mano ofrece una rosa.
Bel seguía con sus ojos cerrados viendo en sus pensamientos los detalles del arma que utilizó por siglos y en tantas vidas.
Marco escuchaba y trago saliva con fuerza.
- En la otra mitad de la empuñadura hay un ángel parado en una nube en su mano izquierda tiene la cabeza de un hombre y en la derecha tiene una rosa.
Hay un detalle más, que no fue creado con la espada sino que fue hecho en forma manual,hay una letra que fue hecha por alguien que no quería ser olvidado. - tenía más para decir pero sintió que no era el momento. A su debido tiempo sabía que él preguntaría.
- Signorina, cual es la letra tallada a mano?
- Una "M"

Por unos segundos todo fue silencio.
Ella sabía que él hombre procesaba todo esa información y que a cada minuto tendría más y más dudas.
- Prego,Signorina acompañeme!- Marco quiso sonar tranquilo pero la emoción y ansiedad que tenía hizo que su voz temblara al igual que todo él.
- Esto no puede ser cierto! - pensó.
Salieron de la habitación y caminaron por un salón con sillones de cuero preciosos y lleno de obras de arte, siguieron por un pasillo largo hasta una puerta antigua de madera. Uno de los seguridad abrió y entraron los siete. Caminaron por otro pasillo hasta otra puerta, ésta era de acero y tenía empotrado a la pared un panel de control para abrirla.
Marco introdujo la contraseña y la enorme puerta se abrió sola.
Cuando entraron ella quedó fascinada por la cantidad de armaduras y armas antiguas que había.
Sobre una repisa de cristal estaba "la espada de la reina",Su espada.
Nadie hablaba. Ella estaba ensimismada en sus recuerdos y pensamientos.
Sabía que una vez que la tomara debía empezar la casería.
- Si es cierto que es suya, que significa la letra? De que metal es? En que guerra se uso? - todas las preguntas salieron apresuradas. Él quería repuestas y esa mujer se las daría si o si.
- Ya vi mi espada. Ahora me marcho! - dijo decidida y comenzó a caminar hacia la puerta.
- No! No puede irse así!!! - Marco estaba desesperado, como sabía de la espada la mujer? Sería una pariente? Ya no sabía que pensar.
- Tiene que darme respuestas!- le dijo tomándole del brazo para no dejarla ir.
Bel uso este descuido y tomó con su brazo libre y brazo que el usaba para detenerla, se lo torció y giro para colocarse detrás de él con su brazo tras su espalda. Lo estaba usando de escudo humano.
Los cinco hombres sacaron sus armas y le apuntaron.
- Marco diga les que no me apunten, soy muy rápida y el único herido será usted. No mato gente buena pero si no me dan alternativa los heriré para que no puedan detenerme. Me entiende? - su tono era tranquilo, ella estaba tranquila, sabía lo que hacia y de ahí sólo saldría ella como ganadora.
- Si la entiendo! Pero no puedo permitir que toque nada de aquí dentro. Debo protegerlo con mi vida! - apretaba los dientes de bronca y mucho enojo.
-Tonto como te dejaste atrapar tan fácil! Pensó.
Bel arrastró a Marco hasta donde estaba su espada. Con su mano izquierda que sostenía apretado el cuello del hombre, lo soltó y tomó su espada. Al instante sintió su fuerza y unión. La espada y ella eran una.
Empujó a Marco donde estaban los seguridad y se puso en guardia.
- No quiero matarlos! Pero debo irme!
- No lo podemos permitir! - dijo Marco.
- Lo siento entonces!
Saltó sobre ellos como un gato. Fue rápida y derribó a dos. Como estaba encima de ellos los otros tres no podían disparar. Se abalanzaron sobre ella, al primero lo pateó enviándolo contra una pared. El siguiente que llegó le corto en el brazo. Ella se paro y comenzó a caminar de espaldas a la puerta.
Marco quiso golpear su brazo para desarmarla pero ella adivinó su intención giró rápido y golpeó con la empuñadura la cíen dejándolo inconsciente en el suelo.
El primer disparó la hizo recordar que no debía perder tiempo y salió corriendo por el pasillo. La bala rozó su brazo, corrió con más ganas, los sentía cerca a los cinco de seguridad.
Ya había llegado a la puerta de madera cuando el segundo tiro le dio de lleno en el omóplato derecho. Eso tampoco la detuvo pero ardía de puta madre.
Ya estaba en el gran salón de la entrada, silbó con toda la fuerza de sus pulmones y llamó a su perro.
Cuando llegó a la puerta de la entrada "Lucifer" llegaba corriendo.
- Lucifer debemos irnos,contestar pero no los mates!!- le dijo con vos temblorosa, estaba nerviosa era nuevo esto para ella. Aunque en realidad había luchado por milenios aún no recordaba todo.
"Lucifer" encaró de frente a los guardias, mordió sus brazos para desarmarlos.
Bel, cortaba la piel de los hombres pero no le amputaba sus miembros, no quería hacerlo, ellos sólo hacían su trabajo.
Llegaron al portón y sonó un disparo, "Lucifer" gimió y luego gruñó enojado. Bel vio una herida en su pata trasera derecha. Sangraba.
Bel se metió a la casilla del seguridad que ya había reducido y abrió el portón. Ella y el perro salieron corriendo con todas sus fuerzas. Los siguieron pero los perdieron en la primer esquina.

Debemos escondernos e irnos lejos- pensó Bel

Marco reaccionó del golpe a los pocos minutos, le dolía la cíen. Su personal le informó sobre la situación actual de la desconocida y la espada.

Debo encontrarla y tendrá que devolver lo que es mío y contestar todas mis preguntas!!- Estaba furioso, esa mujer lo había desconcertado desde el principio, desde que miró en sus ojos negros algo había pasado.
Quien es ella? Como sabía todos esos detalles? Porqué siento que la conozco de antes? - tantas preguntas sin respuestas pensó en silencio Marco.

Hijas Del Bien,hijas Del MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora